El ojo y gusto de Octavio Pizarro siempre ha tenido esa mezcla deliciosa entre lo elegante y lo étnico, entre lo sobrio y la fuerza latinoamericana. Y quienes se visten de él, lo saben y lo buscan.
Fue así como una clienta joven le pidió que se embarcara en la redecoración de su departamento. "Le gustaba mucho mi estilo, tanto en mi ropa y el de mi showroom en Santiago que tiene algo un poco francés, con algo dark, con moderno, con antiguo. Ella me dijo que se sentía muy identificada con mi gusto y me invitó a decorar su casa nueva", cuenta Octavio. Cuando dio el vamos para hacer el proyecto, comenzó todo un camino nuevo de aprendizajes dentro de la decoración. "Creo que hacer un proyecto así es como hacer una colección de moda, es tomar mi manera de crear una temporada. Pensé: tengo que hacer temas y llevarlos a estos espacios pensando también en la manera de vivir y relacionarse que tiene la persona", explica. Para Octavio Pizarro la moda y el interiorismo están agarrados de la mano en muchos sentidos, "hay colores y texturas", suma.
Armó la propuesta desde su oficina en París y le envió un moodboard para comenzar con los ajustes vía mail, teléfono y Whatsapp para finalmente presentarle en el computador cómo iba a quedar. "Tengo la posibilidad de estar varios meses en Francia y puedo encontrar cosas que aquí no las venden como telas, adornos y objetos interesantes", explica.
El trabajo de Octavio destaca mucho por el uso del negro y a esta clienta le encanta el color. "No quería que el departamento fuera de moda, y tenía que tener historia y vida en el tiempo para que no lo tuviera que cambiar más adelante", cuenta.
Ubicado en el último piso de un edificio en Vitacura, estuvo completamente redecorado por Octavio en tan solo ocho meses. "La decoración tiene cosas que ella fue guardando con el tiempo y que encontraron su lugar en el departamento. A ella le gusta mucho lo underground, pero a la vez es muy femenina, es barroca y encontré que la obra de la artista Cecilia Avendaño podía representar bien su estilo". Ella también vio unas piezas de Lladró, la marca de porcelanas españolas que Octavio tenía en su showroom y decidieron sumar algunas, como el jarrón que tiene diferentes caras y que está sobre la mesa de centro.
Durante el proceso estuvieron siempre alineados y coordinados, "donde tuve que escuchar mucho porque un departamento no es un vestido que se puede ocupar "X" cantidad de veces y después puede ser que no lo uses nunca más. Aquí estamos hablando de un lugar de vida", explica Octavio. Feliz con el resultado y abierto a seguir avanzando en el interiorismo de espacios, a Octavio siempre le sedujo la idea que su marca fuera global, que toque la moda, la decoración, los objetos y este fue su debut. "Me encanta la idea que un diseñador de moda, que tenemos otra mirada que los interioristas, hagamos estos proyectos. Para mí son muy importantes las texturas, cómo tocan el cuerpo, que no molesten y sean agradables no solo a la vista, también al tacto. Fue como vestirla pero en su vida, fue ser un costurero del cómo vivir", concluye Pizarro.
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Ideas que inspiran. Arte, texturas, colores y mezcla de estilo convierten los espacios en lugares de bienestar.
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