Historias de perfeccionistas
Armar una casa, que alguien que sabe quede fascinado, normalmente es algo que toma tiempo. Aunque probablemente este departamento seguirá mejorando a medida que lleguen cosas nuevas, ya vemos que en tiempo récord es un espacio bonito y acogedor.
"Nosotros compramos unos cuadros a Jaime Navarrete, en su tienda de Lastarria, Las Siete Vidas del Mueble. Él vino a nuestro departamento, entró y le encantó. Nos dijo 'le voy a comentar a la gente que conozco en MásDeco, quizá les pueda interesar'". En palabras de Cristián, el dueño de casa, esa es la primera historia, de cómo llegamos a este departamento en uno de los barrios más agradables de Providencia.
La historia de cómo él y Caitlin, su polola norteamericana, llegan a vivir acá comienza casi dos años antes: "Yo trabajo en una productora audiovisual; hacemos servicios de producción para productoras extranjeras. Mi polola es profesora en un colegio privado ya hace dos años. Ella nació en Chicago, vivió en varias ciudades de EE.UU., en República Dominicana, en Uruguay, luego pasó tres años en NY y en 2016 le ofrecieron este trabajo como profesora. Llegó a Santiago, nos conocimos en una fiesta, en agosto, y desde ese entonces no nos hemos separado".
Decidieron vivir juntos en marzo pasado. Cristián se trajo todo lo que tenía en el departamento que compartía con un roommate. Caitlin vivía sola. Recibieron el departamento en blanco, pisos y paredes totalmente vacías. "A mi polola le encantan la moda y la decoración. Está siempre al tanto y conocía una tienda en EE.UU. que traía papeles murales que se pegan como si fueran stickers. Creo que en el momento en que pegamos ese papel dijimos' ¡aquí empezó algo!'".
Son tal para cual, tan perfeccionistas que quisieron pegar el papel ellos mismos y lo lograron sin dejar ningún espacio y calzando perfectamente la figura. "Todo es 50 y 50. Eso ha sido lo más bacán de todo el proceso. Siempre estamos preguntándonos, 'mira encontré este mueble, ¿te gusta?'. Vamos a Balmaceda, al Persa Biobío. Incluso ahora ella está en EE.UU. y se trae de vuelta unas almohadas que le encantaron. Siempre estamos tratando de meter algo nuevo pero tratando de que mantenga su 'minimalismo', que sea un espacio limpio pero acogedor".
La historia de la afinidad estética entre ellos es la más antigua y ocurre paralelamente en distintos países. Mientras Cristián crecía en Chile con una decoradora de interiores como madre, los papás de Caitlin empezaban a comprar arte y formar una colección en EE.UU. "Ella estudió literatura, yo estudié historia, pero me he dedicado a la publicidad, también me he dedicado al teatro. Tenemos necesidad de plasmar visualmente lo que nos gusta en el lugar en que vivimos".
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