Natalia Baudoin / 2016

La comunidad Comechingona de Córdoba, en Argentina, está trabajando para recuperar y pasar sus conocimientos a las nuevas generaciones como un modo de mantenerse vivos y vigentes, cuenta Natalia. Este trabajo, que toma sus técnicas de impresión en cerámica, evoca la memoria, los recuerdos, tanto del saber artesano de este pueblo como de la experiencia vivida con ellos de la diseñadora.

Para lograr esta sutil textura en la base de las piezas, la factura comechingona original toma tanto la cerámica como el molde de cestería que lo cubre y los lleva juntos a un horno enterrado en la tierra. Por la acción del fuego directo la fibra vegetal se consume, dejando su huella en el objeto con este resultado tan particular.

Natalia, para estandarizar el proceso utiliza en cambio moldes de yeso que ya ha texturizado al modo indígena. Con este método no tiene que quemar la parte de cestería cada vez que hace una pieza, pero logra de igual forma conservar e imprimir la belleza de las fibras de la palma.

Esta colección de dos fuentes, un vaso, un mortero y una jarra trae al uso cotidiano, a la vida global, veloz y multitask esta textura diferente: el peso rotundo y esa profundidad del saber arcaico, de la materia tosca y natural. ¿Cómo será beber el agua en un vaso así, comer de esas fuentes? Yo creo que adquieren otro sabor, como el pastel de choclo en fuente de greda. El sabor de la identidad local, que hace que todo se vea y sepa más rico. www.nataliabaudoin.com