Para esta, la segunda vez que remodela el mismo hotel, el Manto Hotel Lima - MGallery (Ex-Foresta Hotel Lima), la diseñadora Ana María Villanueva escogió tirar de una hebra particular en la historia de Lima. Junto a los publicistas y los dueños buscaban un elemento característico, un ícono que referenciar, y llegaron a la tapada limeña. "Coincidimos en una autora, Flora Tristán (1803 - 1844), sujeto de un ensayo de Mario Vargas Llosa que había leído recientemente. Empezamos a trabajar alrededor de lo que ella describe como la mujer limeña que se caracterizaba por usar un manto, la tapada, para tener más independencia, poder salir de noche sin ser identificada, sin ser criticada", recuerda Ana María.
Los tiempos de Flora Tristán eran incluso más complejos que estos para las mujeres, y sin embargo en su diario de viajes "Peregrinaciones de una paria" ella aseguraba que no había en el mundo una mujer más independiente que la limeña, que se involucraba en política, fumaba cigarrillos y salía sola; el manto era su cómplice y símbolo. "Buscamos un espacio que sin ser kitsch o remedar muy textualmente hiciera insinuaciones o referencias de cosas que caracterizan a Lima: el rosa, los pisos de locetas pintadas a mano, la madera, la femineidad de los muebles, las combinaciones de tonos, hasta los adornos. El corazón de Manto Hotel Lima es la sala de lectura Flora Tristán, donde hemos puesto un grabado de un francés que vivió en Lima, que dibujó la casa de La Perricholi, muy famosa por ser la amante del virrey Amat. Ese dibujo lo compramos a la biblioteca Ambrosiana y lo hicimos gigantografía de fondo para el librero. Esa sala recoge todo el sabor de esa historia".
A partir de grabados de época republicana y colonial Ana María apreció la abundancia de plantas, flores y árboles, reflejo del paisaje rural que aún envolvía a Lima. Por eso escogió motivos vegetales para los papeles murales que caracterizan cada habitación, pintados a mano, tal como eran los que vestían las casas acomodadas de antaño. "Las habitaciones tenían que verse modernas y ser cálidas a la vez. Pero también había que ser consistentes con las referencias. No queríamos hacer algo literal; eso podía hacerse en el primer piso. En las habitaciones había que ser más sutil para no aburrir. En la paleta de colores abundan los neutros, los marrones, grises cálidos, y la cabecera de la cama se convirtió en un biombo, porque una de las pocas referencias que se tienen del mobiliario, que a veces encuentras en los anticuarios, es que siempre había biombos en las habitaciones de las señoras, porque se cambiaban detrás de ellos".
Manto Hotel Lima está en el barrio de San Isidro, en la calle Los Libertadores, recientemente remodelada, convertida en una vía prácticamente peatonal. "Ameritaba tener vistas hacia afuera, llevar al huésped a contemplar la calle tomando un café, tranquilo. Nos permitieron algo que no es usual en el reglamento nacional de Perú: nos dejaron hacer una suerte de balcón limeño, el lugar donde la gente se dedicaba a chismosear la vida de los demás y podían mirar sin ser vistos; todas la viudas, las tías o señoronas solteronas se quedaban ahí viendo qué hacían los vecinos. Este balcón es una estructura metálica con cojines muy confortables que repiten los temas de la vegetación, los terciopelos", explica Ana María sobre su trabajo en Manto, hermosamente enraizado en Lima, su historia y sus mujeres valientes y rebeldes.
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El ojo de Gino
El 20 de diciembre pasado Gino Falcone cumplió exactamente 29 años en Chile; gran parte de ese tiempo la invirtió en crear algunos de los bares y restaurantes más celebrados y concurridos en Santiago. Desde Mucca a Sarita Colonia, Gino ha demostrado su olfato para prever lo que la gente va a disfrutar, por eso le pedimos datos en su Lima natal.
"El Museo Larco, en San Isidro, tiene cerámicas precolombinas y el trabajo de museografía es impecable. La casa Liébana pertenece a un exrestaurador de muebles y tiene un montón de objetos extraños. Tiene muebles republicanos y coloniales junto a obras de uno de sus hijos. Uno de sus hijos es pintor y tiene una gran cantidad de murales en restaurantes famosos de Lima, el otro es más bien escultor y tiene todo un cuento con figuras que él ha sacado del arte precolombino y que ha llevado a una visión contemporánea. La casa está en Barranco (cuyo símil santiaguino podría ser Bellavista, pero un poco más exclusivo).
Para comer me encantan Siete y Mérito, dos locales chicos de Barranco, son extraordinarios. Ricardo Martins, de Siete, excocinero de Rafael y Félix, es un chico que maneja muy bien los sabores limeños. Mérito es de unos chicos venezolanos que trabajan técnicas muy modernas de cocción con productos andinos. Para mí son de los restauranzasos de Lima hoy. Además de estar un poco más al alcance que los restaurantes más afamados, son muy íntimos.
Hay dos boliches que están sonando fuerte ahora, Sisifuz y Bizarro, están en Miraflores los dos. En Barranco están Dalí y New Kitsch, al que va todo tipo de público, bien bizarro".
Hay gente que sabe siempre dónde ir; antes de visitar Lima, en opinión de Gino, quizás sería bueno seguir a @luciano.canella, @aledenegri y @paola.miglio.
Amano, Museo Textil Precolombino
Calle Retiro 160, Miraflores / www.museoamano.org
Las empresas del japonés Yoshitaro Amano estaban repartidas por toda Latinoamérica y le daban grandes dividendos en la década de los 30. La Segunda Guerra Mundial le quitó gran parte de su fortuna y lo llevó incluso a una cárcel, donde fue prisionero de guerra tras ser deportado a Japón.
Amano volvió en los 50 para recomenzar en Perú y recorrió todo el país muchísimas veces. En esos viajes vio cómo los saqueadores de tumbas dejaban atrás objetos cuyo valor no comprendían. Amano, que sí tenía el nivel cultural para apreciarlos, dedicó tiempo y recursos a recuperar y conservar objetos abandonados en los desiertos de la costa. Ese es el origen de Amano, Museo Textil Precolombino, uno de los primeros edificios construidos como espacios expositivos, fundado en 1964.
Hoy, remodelado por la familia Amano, bajo mejores condiciones de exposición y conservación, ofrece un concepto moderno que se enfoca por completo en la textilería precolombina. La muestra permanente de Amano se reparte en cuatro salas divididas en tres conceptos: secuencia cronológica textil, materias primas y herramientas textiles, y la sala Yoshitaro Amano, que contiene tesoros de la cultura Chancay.
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Maido
San Martín 399, Miraflores
Son alrededor de 250 expertos los encargados de medir la excelencia de cientos de restaurantes para determinar cuáles son los mejores 50 en Latinoamérica. Por tercer años consecutivo esos 250 expertos estuvieron de acuerdo en entregar el número 1 al Maido en la lista 50 Best Restaurants.
Dicen que ahí es donde mejor se encuentran Perú y Japón sobre un plato y que su chef, Mitsuharu Tsumura, es uno de los líderes a nivel mundial en este tipo de cocina, llamada nikkei. La experiencia de Maido es como un viaje por esa fusión, donde reinan los productos del mar. Todo rebosa del sabor y el brillo de lo que se hace en Perú. Maido también cuenta con un mesón separado de sushi y menús diarios.
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