Hace unos días partí a la Plaza de Armas para averiguar un poco más sobre la fundación de nuestra capital. Caminaba bajo el sol de mediodía, y antes de desmayarme del calor, decidí entrar al Museo Histórico Nacional para echar un vistazo y ver si conseguía información. Efectivamente, la entidad cuenta con una sala especial sobre el tema. Se llama Descubrimiento y Conquista, y en ella se pueden ver algunos cuadros y objetos que dan cuenta de cómo se desarrolló Santiago en aquella época. Vale la pena subir al segundo piso para ver el enorme y famoso óleo del reconocido pintor chileno Pedro Lira, quien pintó La Fundación de Santiago en 1888.
Como es sabido, fue Pedro de Valdivia desde Perú, y luego de frustrados intentos por parte de Diego de Almagro, quien decidió conquistar estas tierras. El 12 de febrero de 1541, el militar de origen español se asentó entre dos brazos del río Mapocho, justo a los pies del cerro Huelén, hoy Santa Lucía. La razón fue justamente la numerosa presencia de indígenas en el área, que indicaba fertilidad del valle para uso agrícola, disponibilidad de agua y protección del cerro para detectar cualquier tipo de ataque por parte de los habitantes originarios.
Fue ahí donde se comenzó a construir una villa que resistió duramente los primeros años del período de conquista. Pocos meses después de la fundación de Santiago, el 11 de septiembre de ese mismo año, el cacique Michimalonco atacó el pequeño poblado aunque no logró destruirlo del todo. Ya 10 años más tarde, Santiago era más que una simple villa, organizada políticamente a base del sistema de cabildo, la que fue además construida según el modelo tradicional de urbanismo español que se usó en América. Éste comprende una plaza central y varias manzanas regulares que se distribuyen en torno a ella.
El 5 de abril de 1552, el Rey de España otorgó a Santiago el título de ciudad junto a un escudo de armas. Así relata la historia oficial el asentamiento de los primeros españoles y la fundación de Santiago. Recomiendo pasear por la Plaza de Armas, detenerse frente a las dos placas de bronce entre el edificio de Correos y el Museo Histórico Nacional, las que replican antiguos mapas con la evolución de la ciudad durante la Colonia. Y de paso, también ver el círculo de bronce que marca el kilómetro cero. Pura historia para ver y tocar. Claro que ojalá no con 35 grados de calor…
La Fundación de Santiago, 1888 de Pedro Lira Rencoret (1845-1912). Óleo sobre tela, 250 x 400 cm. Gentileza MHN.
Para más información se puede visitar el Museo Histórico Nacional. Los domingos la entrada es gratis. Web: dibam.cl/historico_nacional/
Otras páginas que contienen información sobre la fundación de Santiago son:
Web: memoriachilena.cl
Web: nuestro.cl
Web: educarchile.cl