Atacama loft & glamp. "Considerando la vida un viaje, y tras años de investigación y experimentación en la búsqueda de alternativas al cuidado del entorno social y ambiental, nace Atacama Loft & Glamp", cuenta Macarena Suáez, mentora del lugar. Quien llegue a este espacio vivirá un experiencia familiar por parte de los anfitriones, que preparan excursiones y orientan con cariño a cada uno de los huéspedes para que salgan a viajar y formen parte de San Pedro y su historia. "Villas exclusivas y doce tiendas, con múltiples áreas compartidas y rincones privados, donde se puede disfrutar de la piscina, área de yoga, sala de baile y masaje; horno de barro, fogones y parrillas. Además, tu estadía considera un delicioso desayuno autoservicio y servicio de mucama", suma Macarena.
Ni tan cerca, ni tan lejos. Solo 1.3 km del centro. Cuenta con energía solar, ventilación en bioconstrucción, reciclaje de aguas grises y producción de compost, entre otros gestos de cuidado medioambiental. T 09 4475 0130 @atacamaloft
[gallery link="file" ids="34532,34536,34538,34535,34534,34533,34537"]
La Franchutería. A medianoche el francés Arthur Becker comienza a preparar la masa de sus deliciosos croissants y baguettes que ofrece cada día en La Franchutería.
Originario de Borgoña, Francia, Arthur se formó en hotelería y a los 18 años viajó a trabajar en la cocina de una base francesa de la Antártica, donde aprendió a preparar panes con el chef francés con quien trabajó durante más de un año. Volvió a Francia a ocuparse de un hotel de la lujosa red Relais & Chateux; lo que vino después fue una vuelta a la Antártica a trabajar en una base francesa y viajar a una isla cercana a Madagascar, siempre trabajando en cocina. Después fue contratado como chef privado en Rusia. Chile volvió a aparecer en su horizonte cuando en 2011 decidió viajar como turista. Conoció el Sur y luego el Norte. Y fue en San Pedro donde se encontró con un horno de barro que lo entusiasmó para hacer pan en él y cada día quiso ir perfeccionando más su receta. Ahí estuvo el arranque de su emprendimiento La Franchutería, donde además de encontrar un café delicioso hay una variedad de panes que impresionan por su textura, miga y calidad. "Tengo un equipo de seis personas conmigo solamente en producción", cuenta. Para llegar a este resultado Arthur dio vuelta la vida, trabaja de noche y descansa de día. "A las 5 de la mañana reciben a los primeros clientes, que por lo general son turistas que van a los géiseres del Tatio; de las 6 a las 8 a.m. repartimos a los hoteles del sector", suma.
Recién amplió su oferta y quien visite el lugar podrá disfrutar de ensaladas con hojas orgánicas cortadas en el día al plato y con sándwiches con los que va jugando cada día para ofrecer comida sana y rica. Calle Gustavo Le Paige 527 B, San Pedro de Atacama, Antofagasta.
Librería del Desierto. Diego Álamos es filósofo de formación y cuando se radicó en San Pedro de Atacama se dio cuenta de que estaba la necesidad regional de que existiera una librería, por la cantidad de flujo de turistas que había y la densidad cultural de la misma. Montó la librería apoyado por la asociación de editoriales independiente, con el foco puesto en libros chilenos, especializados en el norte de nuestro país, y también con una delicada oferta de libros internacionales. Abierta hace un año y medio, la librería espera a sus visitante en un espacio que queda fuera del radio urbano, en mitad de desierto. "Tiene algo poético y sofisticado, como realismo mágico, además de estar situada en la mitad de las chacras", explica Diego.
La personas que llegan se sorprenden por encontrar una librería tan completa. "Es un destino y un panorama más para quien visite la zona. Hay sombra, que es tan importante en el desierto, es refrescante. Y existe oferta para todos, hay literatura infantil, juvenil, de poesía, entre otros temas", suma Diego.
Para quien llegue siempre habrá un café, un té o agua. "Se les muestra el lugar, que está cargado del Norte para que puedan conectar y encontrarse con la esencia necesaria para partir el viaje. Ves San Pedro con otros ojos", dice Álamos.
A veces las personas se quedan horas disfrutando de un espacio de conversación entre el librero y el lector, lo que revitaliza el oficio del primero.
A un costado de la librería vive Diego junto a su familia y un espacio de la casa es una galería. "Hoy las librerías se han transformado en centros culturales; por lo mismo, el diálogo que arma este espacio con la galería contenida en la casa es especial. Hacemos presentaciones de libros y exposiciones cada seis meses para que la gente se encuentre y se conozca aquí. Es un espacio de encuentro cultural, ya que los libros atraen gente. Y con la galería tratamos de hacer cosas que tengan vinculación con el lugar", explica Álamos.
Al estar en un lugar rural con agricultura familiar muy antigua y ofrecer literatura chilena, libros patrimoniales, entre otras cosas, se provoca la instancia donde el libro aquí encuentra su hábitat. "Es una literatura que está en contacto con el lugar. El sistema de canales de regadío también es una cultura y la gente al encontrarse con el sistema de regadío prehispánico se conecta históricamente con el pasado que guarda el libro", explica Diego.
Ubicado en la localidad de Solor, entre el volcán Licancabur y en el mismo eje del Quimal, que son los cerros tutelares de San Pedro, este lugar toma un poder simbólico para la cultura local y el encuentro con el paisaje. libreriadeldesierto.cl
Vino Ayllu. El esfuerzo entre la comunidad atacameña, la empresa SQM y autoridades locales y regionales –liderados por la Cooperativa de Viñateros Likanantay, conformada por 20 productores– nace el vino Ayllu, un vino de altura cosechado a mano. "Nuestro vino sigue creciendo en volumen y calidad, superando las dificultades naturales de producir vino en el desierto más árido del mundo, a más de 2.400 metros de altura y por manos atacameñas, características que lo hacen único", afirma Wilfredo Cruz, presidente de la Cooperativa de Viñateros de Altura Likanantay.
Hace diez años que el programa de fomento agrícola Atacama Tierra Fértil de SQM apoya la producción del vino Ayllu, a través de la asesoría técnica en desarrollo rural sustentable, por parte de agrónomos, viticultores y enólogos. También cuenta con la contribución de la Secretaría Regional Ministerial de Agricultura, la Municipalidad de San Pedro de Atacama e Indap.
Ayllu es un vino especial debido a su origen, característica que se refleja en que cada una de sus etiquetas va con el nombre del agricultor que lo produjo, el número de metros cuadrados de la viña, la cantidad de parras de su predio, las botellas producidas por año y los metros sobre el nivel del mar de la producción. Además incluye las coordenadas geográficas de la procedencia del viñedo para poder conocer más sobre lo que se está tomando. "Estas características lo han ido posicionando para su comercialización en hoteles y restaurantes de la Región de Antofagasta –señala Pablo Pisani, gerente de Sustentabilidad SQM–, con el consiguiente beneficio directo para los productores locales, quienes han incrementado la economía familiar, pero también han abierto un nuevo polo de desarrollo económico para la zona. Con tours a sus viñas y desarrollo de restaurantes asociados a la marca Ayllu", añade el ejecutivo.
Eran 1.600 parras repartidas en distintos agricultores y terruños cuando partió el programa Atacama Tierra Fértil una década atrás, hoy ya van plantadas 22.000 parras de las variedades país, pinot noir, malbec, petit verdot, syrah y chardonnay.
Esta sinergia entre comunidad, empresa y Gobierno ha situado al vino Ayllu como un modelo de innovación en términos medioambientales. Destaca su eficiencia energética, sus menores costos de producción, así como la incorporación de riego tecnificado, automatizado y propulsado por energía solar para un mejor uso del agua. A esto se suma que para obtener un producto competente y de calidad se incorporó equipamiento de laboratorio de primera línea, acorde con las exigencias del mercado. Consultas a Doña Luisa Toroco Z. T +56997974185 , +56942591025.