Los alemanes saben la importancia de la memoria, y llegan a exquisitos equilibrios entre la historia y la actualidad. Un buen ejemplo es esta casa con doble cuerpo, o dos pieles, como se le quiera llamar.
Los hallenhaus son construcciones agrícolas antiguas alemanas que se caracterizan por combinar el granero con un espacio habitable. Con esta estructura al frente, el arquitecto danés con sede en Berlín Sigurd Larsen reinventó el espacio, convirtiéndolo en una casa familiar contemporánea que pone la música como eje central para articular el uso del lugar.
Lo interesante fue que insertó una estructura completamente nueva dentro de ese edificio y la diseñó de tal manera que, en un futuro, se pueda desmontar por completo dejando la carcasa original. Una labor compleja no solo por la adaptación de los nuevos requerimientos de sus moradores, sino por las restricciones impuestas por los códigos de construcción de monumentos nacionales en Alemania, que exigen la conservación de los muros existentes en aquellas construcciones que serán adaptadas para usos modernos.
Para llegar a este resultado el arquitecto ideó tres áreas separadas, altas y estrechas, incluido un estudio de música de 11 metros de altura, que se insertaron cuidadosamente en la cuadrícula existente del hallenhaus. A esto se le sumó una casa de huéspedes con entrada independiente en el lado oriente del granero con un gran baño.
Al edificio patrimonial se puede acceder por varias entradas y el recorrido se facilita gracias a múltiples conexiones internas que permitieron, en tiempos pasados, que ocurrieran diversas actividades agrícolas en simultáneo. Estas características se conservaron y se propusieron para que esta nueva vida familiar, la creatividad y el trabajo coexistan con un espíritu similar al de antaño. www.sigurdlarsen.com
Ideas que inspiran. Construir con memoria es lo que necesitamos para avanzar sin olvidar.