1.- ¿Qué es Les revenants?
Les revenants es una obra que propone intervenir la ciudad de Santiago de Chile a partir de la exhibición de solos de danza cinematográficos, distribuidos en diferentes puntos de la ciudad.
Son seis solos de danza, interpretados y creados por seis bailarines en seis espacios diferentes atravesados por la historia y sus fantasmas.
Una ciudad intervenida por la danza.
La palabra francesa “revenants” podría traducirse como “los que regresan”, ¿de la muerte? La obra se pregunta si no es acaso la quietud para un bailarín algo contundentemente parecido a la muerte. ¿Qué sucede cuando un cuerpo destinado al movimiento se pone en pausa por un tiempo ilimitado? Algo en su interior comienza a morir.
Esta obra propone volver de aquel lugar de confinamiento y encontrar alguna danza, encontrar un lenguaje en el cuerpo que pueda dar cuenta de eso hoy.
Los cinco revenants: Varinia Cantovilla, Francisca Espinoza, Daniela Santibañez, Cristian Hewitt y yo, intentaremos liberar lo que estuvo contenido y estallarlo por el espacio y el tiempo. Hacer de esta danza un acto único, empujar los límites de la piel hasta prendernos fuego. Bailar con una herida abierta, bailar para no morir o, todo lo contrario: morir bailando.
2.- ¿Esta unión de coreografía y cine se da por la imposibilidad de ir a ver danza en vivo o era una búsqueda anterior?
Con Alejo Moguillansky, quien codirige esta obra conmigo, venimos trabajando juntos desde el 2008, tanto en películas, como en obras o en intervenciones como ésta.
Nos entendemos mucho trabajando y nuestros lenguajes se contaminan mutuamente.
Quizás durante este año ese lazo entre lo escénico y lo audiovisual se hizo más fuerte debido a la imposibilidad de las obras en vivo y surgieron muchos proyectos con estas características. Pero en nuestro caso, lamento decepcionar el auge de los materiales híbridos: no es algo nuevo para nosotros sino una búsqueda de años y películas y obras, y obras que se vuelven películas y viceversa, que se consolida cada vez más. No es tanto la idea de cruce lo que nos interesa, sino al contrario: la supervivencia de un lenguaje en campo ajeno. El cruce, en todo caso, es una circunstancia histórica inevitable y es inútil negarla.
3.- ¿Qué crees que gana la danza en este formato?
Creo que la danza gana en su capacidad de generar Ficción.
4.- ¿En qué lugares se filmaron y donde se proyectarán?
Se eligieron locaciones particulares para cada uno de los solos, espacios con innumerables capas arqueológicas. Espacios con una pesada arquitectura dispuestos a la ficción y completamente vacíos. Son lugares que debido a las restricciones por covid permanecen cerrados al público desde hace meses, son lugares que de algún modo también han muerto durante este tiempo. Quizás estos espacios encuentran también un renacer con esta obra: La Biblioteca Nacional, el Internado Nacional Barros Arana, el estacionamiento del GAM, el museo de Historia Natural, el bar Giratorio y la Bolsa de Comercio.
Los solos cinematográficos serán proyectados sobre pantallas publicitarias, sobre muros de edificios, paredones, fachadas, etc., es decir: sobre espacios que mayormente se ven usados para la publicidad. Allí donde usualmente hay una propaganda de teléfonos móviles o de comida delivery, habrá una escena cinematográfica consistente en un baile frágil y desaforado. Piénsese en nuestros revenants como resistentes a esas pantallas públicas destinadas a vender productos. Tampoco es que sean un panfleto político cuya única utilidad es un mensaje unívoco que complementa aquellos carteles en una lógica binaria. No. Son imágenes que en el mejor de los casos puedan proyectar el fervor que atraviesa un cuerpo destinado a bailar después de un año de letargo obligatorio. Es una fuerza difícil de describir, demoníaca y ancestral, y al mismo tiempo de un presente inagotable. Algo inexplicable parecido a la muerte. Eso es lo que se verá en nuestras pantallas intervenidas en la vía pública.
5.- Explícanos este concepto de zombies en escena.
Trabajamos sobre la idea de que los cuerpos ya no son los mismos de antes, de antes de la pandemia. La idea poética, o no tan poética de que cuando un cuerpo se aquieta empieza a morir. Entonces, siguiendo esta línea, podemos pensar que éstos solos son bailados por espectros, por zombies, por personas que ya no son las de antes. Que han perdido signos de vida en su mirada. Que ya son cuerpos marcados por la muerte. Son fantasmas.
Esta tradición para la danza no es exactamente nueva: las sílfides, el espectro de la rosa, Giselle, las willis…
La danza parece haberse siempre ocupado de los fantasmas. Y aquí estamos una vez más.
No ya en un teatro moderno, sino en alguna arquitectura con innumerables capas arqueológicas, listas para semejante exhumación.
6.- ¿Qué significa para ustedes participar en Santiago a Mil en este año tan particular?
Poder estar programados en este año tan difícil en Santiago a mil, es realmente un privilegio.
Hay muchísimos artistas que no están pudiendo trabajar, los teatros están cerrados o semiabiertos con una capacidad del 30%. La cultura independiente está muriendo lo cual es una pérdida invaluable. Pasados los meses de cuarentena, se ve cómo el arte y la cultura no están en la agenda de ningún gobierno. Es muy triste comprobar esa realidad del presente. Dejar morir la cultura, a nuestro juicio, es algo parecido a un crimen. ¿Cómo cree usted que verá el futuro a nuestra época, donde la regla general es que el arte y la cultura son asuntos menores, “no esenciales”? ¿Cree usted que en Las Cruzadas el arte era esencial? ¿Usted leyó el Quijote? ¿Le daría lo mismo vivir sin el Quijote?
Todos los involucrados en este proyecto nos sentimos afortunados. Para un artista este año tener la posibilidad de estar trabajando en Santiago a mil es excepcional. Nos llena de felicidad poder acompañar esta edición compleja y extraña como extraño se ha vuelto el mundo. Y le deseamos mucha suerte. santiagoamil.cl