Aunque no queda mucho de ella, la construcción original estaba completamente determinada por el cerro, por sus vistas y su eje.
La casa está en una calle tranquila, con árboles grandes; hacia allá apunta la vista sur. Lo que resalta desde la calle es una fachada completamente vidriada, pero resguardada por una celosía metálica: visión total sin arriesgar privacidad desde el interior. "En el segundo piso, tanto al norte como al sur, hay balcones-terraza que generan espacios intermedios entre el interior y el exterior. En el primer piso ese mismo tratamiento abalconado proyecta sombras sobre la terraza del living y el comedor. La casa se pensó bastante hermética desde la calle, eso se manifiesta con un muro que en principio era de hormigón visto, pero que eventualmente se enchapó en piedra. El acceso está en el centro de este muro, con un hall amplio y la primera vista del patio y el cerro", dice Christian Beals, el arquitecto responsable de esta megarremodelación, recolectando ideas sobre un proyecto que terminó hace ya dos años y no ha visto desde hace uno.
La configuración es simple: desde el hall se llega a los servicios por el lado derecho, hacia una sala de estar al izquierdo. Atravesando el pasillo uno se encuentra con el living y el comedor, y entre los dos con un patio de luz, también cumpliendo esa función de fundir interior y exterior, acercando el hall al patio. Las escaleras llevan a una segunda sala de estar familiar, más bien para los niños; hacia el costado oriente los dormitorios de los niños, y hacia el poniente el dormitorio principal que ocupa la mitad de la planta del segundo piso.
"Habíamos trabajado juntos. Habíamos hecho una casa en la playa. Nos ayudó bastante a tener la película más clara. El proceso con él es agradable porque es bastante proactivo, sus ideas son un apoyo y eso se traduce en un buen resultado. Es una persona interesada en la arquitectura entonces la conversación se hace más fluida y todo avanza rápido y mejor", Christian Beals está hablando del dueño de esta casa, el conductor de televisión y radio, José Miguel Viñuela.
A él le preocupaba especialmente lograr esa fluidez de transiciones entre el exterior y el interior, aprovechar al máximo las vistas al jardín y al cerro y la seguridad y hermetismo de la casa en relación a la calle. "Esta casa tenía forma de L y estaba emplazada en la mitad del terreno, por lo tanto, este quedaba repartido en porciones. Lo más importante del encargo era que la casa liberara terreno. Esta no es una casa nueva, pero sí sufrió una remodelación muy grande, diría que la hicimos en un 80%. Al amputar la pata de L y adosar la casa a los lados del terreno ocupamos un tercio de este (incluyendo estacionamientos), los otros dos tercios se convirtieron en un gran patio".
En este proyecto en particular Beals trabajo en colaboración con el arquitecto Rafael Arenas. Beals cuenta que, a lo largo de los 15 años de trayectoria de su oficina, siempre ha estado vinculado a proyectos residenciales, no necesariamente porque los busque, simplemente el camino los llevó ahí. Sin embargo, también han hecho proyectos para viñas, empresas y oficinas. "Nos interesa cualquier proyecto donde el cliente se involucra y busca dar un valor agregado", concluye.
Aires de playa
Como explicó el arquitecto, muchas de las ideas que prevalecen en el diseño de la casa vinieron de los dueños. "Los dos (él y Beals) decíamos: estamos en un barrio muy rico, pero no queremos la típica casa de este sector. Yo siempre concebí la casa como sólida abajo y liviana arriba. Quería la sensación de una casa de playa pero en Santiago", recuerda José Miguel Viñuela. La decoración de la casa es completamente obra suya y de su mujer, Constanza Lira.
Un librero de cobre especialmente diseñado para la pared más amplia del living es lo primero que roba la mirada ahí. "Los clásicos muebles de madera pueden verse toscos y robar mucho espacio. El cobre usado de esta manera deja entrever espacios, y de alguna manera permite exhibir nuestros libros, discos, adornos y mi colección de combis. Es liviano, tiene mucho aire y diversas funciones", dice Viñuela. Lo hicieron con Fran Varela y su oficina FVM; ella también los guió en la elección del resto del mobiliario en el living: "No queríamos sofás clásicos y teníamos ganas de jugar con colores, que se mezclaran con el jardín, por eso escogimos lo sillones de terciopelo azul. Combinamos con una mesa de centro de mármol ovalada, por seguridad para los niños y porque iba bastante bien con los sillones. A eso sumamos jarrones, libros y otras cosas. La lámpara de madera también complementa muy bien".
La mesa del comedor vino de Palo Pintao. Y es grande como ellos la necesitan, con familias numerosas que se reúnen frecuentemente. "Pensábamos en esta casa como las típicas de veraneo brasileñas, queríamos un comedor muy acogedor y nunca tener el problema de que falten sillas. En la cabecera pusimos dos sillones ricos para que combinen bien con la sillas en la parte lateral de la mesa". Para el dueño lo más importante es que se trata de una casa fácil de vivir, con una distribución especialmente adaptada a su familia. "Tenemos una pieza rica pero también queremos tener a los niños cerca, nuestras piezas están separadas por una salita donde nos encontramos todos". christianbeals.com
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Ideas que inspiran. Desde su configuración a sus sensaciones, esta casa cambió completamente para adaptarse a sus nuevos dueños.
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