Mauricio Léniz y Mirene Elton han remodelado muchas casas. Es parte de su 'know how'. Pero, al momento de evaluar la continuidad de la casa preexistente en este proyecto, fueron categóricos. Una casa liviana de estilo, revestida en siding, oscura, con múltiples divisiones, ajena al lugar, eran argumentos más que suficientes. "La remodelación tenía que aprovechar lo existente y aquello reñía mucho con lo que se quería lograr. Cuando intervenir una propiedad deja de ser eficiente y es más caro que empezar algo nuevo, es mejor partir de cero. La gracia de hacerse una casa es el traje a la medida, la posibilidad de construir una identidad es un regalo y es justamente lo que los dueños buscaban", dice Mauricio.

Los requerimientos de los dueños, un matrimonio con hijas adolescentes y universitarias incluía tres situaciones: la vivienda de descanso, el quincho con la casa de bote y una construcción autónoma destinada a los invitados. Un desafío que los arquitectos se plantearon como un plan maestro donde cada construcción se insertó estratégicamente para aprovechar los accesos, no interrumpir vistas y lograr la mayor fluidez y funcionalidad.

Por su parte, la casa de veraneo se diseñó entre volúmenes. El principal, que alberga la mayor parte del programa en el primer y segundo nivel, donde se encuentran los espacios públicos y dormitorios; una volumetría que se proyecta hacia el lago, que es de doble altura, donde está el living como espacio protagonista; y el circuito de acceso que corresponde a toda la zona de servicio.

"Todo este conjunto tiene el mismo lenguaje arquitectónico, que es una piel de madera de pino con carbolíneo. Un material que hemos repetido bastante asociado a estas situaciones con la naturaleza, porque nos gusta mucho ese camuflaje que se produce en el paisaje de las sombras, como en el bosque. Nos parece que tiene un menor impacto visual y también de mantención por su color oscuro", explica Mirene.

La utilización de la madera se da en todas sus variantes en el proyecto. Al interior, a la inversa del exterior, se ocupó pino teñido blanquecino, lo que se tradujo en espacios luminosos. Y para distinguir uno de los muros del living se utilizó madera de coihue que estuvo en la intemperie, logrando una atmósfera especial y única para ese espacio. El piso también expone otra madera más rústica que es pino aserrado, que le da un look más relajado y soporta alto tráfico.

En el interior empiezan a pasar otras cosas que tienen que ver con el trabajo de la madera. Como el diseño de la escalera y la división entre el hall de acceso y la zona del bar, como una suerte de quebravista, que al mismo tiempo hace de articulación para tomar la escalera. Recursos y soluciones utilizados comúnmente por la oficina Elton-Léniz. "Hay ciertos elementos en el diseño de las casas que son referentes en el interior", agrega Mauricio.

Para Mauricio y Mirene los proyectos no solo forman parte de un sitio, sino de una región. "Hay una memoria. Que es una especie de archivo del cual uno puede echar mano como arquitecto y diseñador. Tratamos de tener algún diálogo con eso. Por ejemplo, el lenguaje de la madera en este caso tiene que ver con la estructura. La madera funciona mucho con el arriostramiento, que son las diagonales. Y a nosotros nos gusta mucho que esas cosas aparezcan. Son restricciones de la estructura pero al final es el lenguaje. Para poder soportar el techo necesita transformarse en una suerte de viga. Esto ocurre en la galería del acceso y en las ventanas del segundo piso. Por eso el lenguaje de las diagonales se repite en toda la casa", aclara Léniz. eltonleniz.cl

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Ideas que inspiran: A veces remodelar es más difícil que partir de cero. Esta casa está hecha a medida y recoge la experiencia de la anterior.

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