Por Manuela Ovalle Fotos Juan Pablo Sierra Producción Isabel Margarita Carrasco Asistente de producción Francisca Zamorano Agradecimientos GAP
En octubre de 2016, y por motivos casi obligatorios, tuve que cambiarme de casa. De 90 m², reduje mi situación a solo 35 m², y así, de la noche a la mañana me volví minimalista. Fue el cauce de la vida, yo no lo predije. Cuando estaba desembalando mis cosas tuve que dejar unos cuantos miles lejos de mis ojos; los platos se redujeron a 4; las tazas, a 3; tuve que deshacerme de ropa y de adornos que no necesitaba. Sin darme cuenta estaba entrando a un portal revolucionario: vivir con lo mínimo y ser feliz con eso. Los resultados se fueron dando como efecto dominó. Ahora, luego de 10 meses, tengo más tiempo y menos desorden, no consumo frenéticamente como lo hacía antes, porque en realidad ¡no tengo espacio! De modo que el espacio en mi corazón se abrió, mi vida es mucho más simple –y fácil–, ni siquiera tengo horno y me alimento de forma divertida igual, con una encimera. Esta es mi historia.
¿Qué es el minimalismo?
Un documental, "Minimalism" –disponible en Netflix–, hizo verme en el espejo. La historia: dos tipos estadounidenses que se hacen llamar 'Minimalists'. Ellos recorren su país dando charlas y enseñando a la gente cómo ser minimalista, dejar atrás los miedos que nos atan al consumo innecesario de cosas. Renunciar al 'cosismo' que nos ata al mundo del consumo. Es un estilo de vida, no una moda. Es decir sí a nuestro mundo interior, decir no a lo que nos confunde y aturde; es comenzar a ser más zen, vivir con dicha. Entrevistamos a Joshua Fields Millburn y Ryan Nicodemus, los 'Minimalistas' y autores del documental. Ellos recalcan que "una vez que nos damos cuenta de que vemos más de 5 mil anuncios al día, es fácil darse cuenta de que todo es ruido. Con todos los avances tecnológicos de las últimas décadas, nos hemos vuelto más eficientes que nunca. Pero, por supuesto, con cada bit de nuestros portátiles, tablets, teléfonos inteligentes, auriculares, correo electrónico y aplicaciones varias, nuestro mundo se ha hecho cada vez más ruidoso. El ruido es un subproducto involuntario de la productividad. Cuanto más producimos, más aumentamos el volumen. Finalmente, el ruido es tan fuerte que debemos gritar para ser escuchados".
Cristián Leporati, director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales, tiene una mirada interesante al respecto. Señala, tal como los Minimalistas, que estamos inmersos en una sociedad de consumo hace rato, y vivir frente a esta es inevitable. ¿Cómo escaparnos de ella, como dar un stop y decir sí al hecho de vivir con menos? "La globalización de las empresas, y por defecto del mundo del marketing y de los servicios, y también de los medios digitales y analógicos, nos llevó a que la sociedad de consumo sea ineludible. Ahora, en ese contexto, hay un quiebre generacional interesante, entre las personas de 45 años hacia arriba, y las de 44 hacia abajo. La generación analógica es una generación que efectivamente cuenta su historia a través de objetos materiales. A través de un auto, una casa, ropa o el álbum de fotos, la construyen en términos más antropológicos. Los de abajo, en tanto, los llamados 'millennials', son personas que no están atadas a los objetos materiales, al 'cosismo'. Se interesan por lo electrónico, los productos inteligentes. Son cosas que no tienen volumen, son cosas que están albergadas en tu celular, tu computador, tu servidor en Moscú, o NY, sin embargo, también tienen esa inflación de cosas que es parte nuestra como seres humanos".
Ahora, ¿cómo luchamos contra esto? El 'cosismo' seguirá existiendo, pero según Leporatti, "las generaciones más jóvenes tienen la clave, porque tienen la virtud de ser más libres en el sentido de que no están apegados a lo material, son mucho más individualistas, menos comunitarios, y ellos entienden que su éxito depende básicamente de ellos mismos. Por lo tanto, su economía personal, la doméstica, es de costos muy bajos. Se casan tarde, se van tarde de las casas de los papás, por lo tanto su rango de gastos es marginal. Lo que ellos gastan es en tecnología. Incluso comprar un auto tampoco les interesa. Lo atrayente es que en algún momento ellos van a llegar a los cargos de poder, van a ser presidentes, ministros, dirigentes empresariales, y van con una mentalidad distinta, más bien una mentalidad del diálogo, de la conversación, más que de la imposición, y eso es mucho más relevante que el tener una propiedad en La Dehesa. Ahí va a cambiar radicalmente la forma de consumir. Tener menos, pero tener cosas que te sirvan más. Los millennials quieren tener momentos, son acumuladores de vivencias, de memorias", concluye.
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"La sociedad de consumo nos ha enseñado por más de 90 años que tener cosas es bueno, porque de alguna forma nos representan simbólicamente frente a los otros, y eso no lo podemos evitar, lo tenemos reseteado dentro de nuestra genética casi", afirma Leporati.
La industria de la moda: el fast fashion
La moda, ¡uf!... Nos amenaza en nuestro cotidiano y nos confunde. Es uno de esos ruidos de los que hablaban anteriormente los Minimalistas. La industria de la moda está hecha para comprar y desechar, nos conduce día a día a consumirla más, a tener más jeans, camisas, pantalones, chaquetas; y aquí es justamente donde aparece el fast fashion, un territorio oscuro y peligroso que nos hace alejarnos del estilo de vida minimalista. "El fast fashion produce productos muy económicos que no están hechos con materiales nobles, pero tienen un buen lejos. El circuito de la moda es que lo uses hoy y mañana lo descartes. Tiene que ver con la novedad. La industria de la moda es la segunda industria, después de la del petróleo, que más polución genera en el planeta. Y el mundo de la moda, además, apela a tu condición de coleccionista. El coleccionismo tiene que ver con una manera de conectar con el mundo de los objetos, esto es delicado y tiene consecuencias", señala Laura Novik, analista de tendencias, experta en diseño y directora del diplomado en la UC en Diseño Estratégico de Colecciones.
La idea, en este punto, es ir a contrapelo de la masa. Tomar la decisión de comprar solo lo que necesitas para completar tu guardarropa, es pura valentía. La clave es comenzar con la desmaterialización, regalar, vender lo innecesario. Seamos honestos, no necesitamos 10 pares de zapatos. Necesitamos dos, tres si somos exquisitos. En la indumentaria debemos elegir calidad por sobre cantidad, lo hecho a mano, prendas hechas por artesanos o diseñadores independientes que trabajan con materias primas locales.
Ayuda, por favor
Una de las cuestiones más complejas al decidir ser minimalista es el despojo. Deshacerse, ordenar, convertir el caos en orden. No tiene mucha ciencia, es más que nada fuerza de voluntad. Antonia del Río es diseñadora de ambientes y se dedica a imprimir en las tres 'O': Orden, Organización, Optimización. Su objetivo es crear un espacio organizado, permitiendo que las actividades se hagan de la mejor forma posible y sin complicaciones. ¿Cómo? Reduciendo la cantidad de objetos que no sirven o no se usan, facilitando así las tareas cotidianas de la casa y entregando un ambiente agradable, fluido y funcional, que nos permita vivir en armonía con nuestro alrededor. "Para esto se separan las cosas en tres grupos, lo que se regala, lo que se bota y lo que se guarda. La gente acumula muchas cosas y les da susto botar. El 90% de mis clientes me comenta que se sacaron un peso de encima al hacer el ejercicio, psicológico y físico. Al finalizar, lo que más te sobra es tiempo", comenta. theminimalists.com
Las claves para comenzar una vida minimalista, según los Minimalistas:
1. Inicia tu proceso haciendo la pregunta más importante: ¿Cómo podría mejorar mi vida con menos? La clave en este punto es dejar ir. Los beneficios son diferentes para cada uno de nosotros; para algunas personas implican mejorar la salud o las relaciones; para otros, los beneficios son la libertad financiera o más tiempo para crear.
2. Comience pequeño: Una vez que entiendas el dejar ir, querrás comenzar pequeño para que puedas obtener el impulso que necesitas.
3. Fiesta de embalaje: Una vez que hayas encontrado el impulso, haz un embalaje con las cosas que no necesitas. ¡Será una completa revolución!
4. Organizar: No importa dónde estés en tu viaje, recuerda siempre: la manera más fácil de organizar tus cosas es deshacerse de la mayor parte de ellas.
Ojo con:
Para contactar a Antonia del Río: o-tres.cl
La gurú del orden, Marie Kondó, es japonesa y su secreto es conservar solo aquello que te hace feliz y doblar la ropa para guardarla en vertical. Su libro "La magia del orden" es un éxito de ventas mundial.
Qué leer: Recomendamos el libro, escrito por los Minimalistas, "Minimalism: Live a Meaningfull Life". A los 30 años, los mejores amigos Joshua y Ryan se alejaron de sus carreras corporativas, desecharon la mayor parte de sus posesiones materiales y comenzaron a concentrarse en lo que es realmente importante. Una segunda lectura, también de su autoría, "Everything that remains: a Memoir", que cuenta la conmovedora y sorprendente historia de lo que sucedió cuando un joven dejó ir todo y comenzó a vivir más deliberadamente.