Jaime Bravo había tenido su oficina de arquitectura por 10 años. Se dedicaba principalmente a casas y condominios y siempre chocaba con el mismo problema: el resultado nunca era lo que él esperaba en términos de construcción. "En el mercado tienes contratistas y constructoras muy grandes que no se hacen cargo de casas sino que toman proyectos más grandes. Nos dimos cuenta de que ahí había un nicho que no estaba bien explotado y con mi socio –Rodrigo Valenzuela, también arquitecto– decidimos formar una constructora pequeña, pero boutique, que entregara una buena experiencia, que desarrollara buenos detalles y a la vez lograra que nuestros proyectos quedaran tan ricos como los habíamos diseñado", explica Jaime.
Belevé lleva cuatro años funcionando como una empresa de arquitectura y construcción que ofrece una garantía especial: "Ante todos somos arquitectos, y eso les ha gustado a muchos de nuestros pares; el hecho de que aplicamos ese ojo para nuestras decisiones en obra. Agradecen que uno esté ahí haciendo las cosas con esa mirada". Aseguran no ser una oficina con caligrafía reconocible, que evita construir el mismo proyecto en distintas ubicaciones. Lo que les entusiasma es la posibilidad de captar la esencia de un determinado cliente, su personalidad y la manera en que pretende habitar sus espacios. Todo eso es lo que ellos materializan en un proyecto de arquitectura. "Si son más conservadores o liberales, la formas en que se relacionan con otros, los niveles de privacidad que les dan tranquilidad, hay un sinfín de variantes que atender. Eso hace que cada proyecto sea distinto siguiendo una línea contemporánea. Tal como una idea, cuando uno la expresa lo más clara y sencilla posible es cuando más se entiende. La arquitectura para nosotros tiene que ser así, de líneas claras, sin recovecos y un concepto reconocible a la primera mirada".
En esta casa abordaron de la mejor manera posible el terreno, más de 2.500 m² frente a una cancha de golf. "El cliente no quería tener una casa típica con el segundo piso sobre el primero. Siempre tuvo en la cabeza que quería crear un desfase del segundo piso para poder generar una terraza. Es una persona muy sociable, de muchos amigos y quería que este fuera el corazón de la casa. En base a la orientación y las vistas nosotros generamos un primer piso público, donde living, comedor y cocina se viven como un solo gran espacio. El segundo piso es netamente familiar, tiene una salita de estar para los niños y alberga los dormitorios. Todo se comunica a través de la escalera que está en el acceso, en el punto donde se encuentran los dos volúmenes. Esa unión fue lo más complicado de hacer".
Se trata de una casa grande en la que se trató de ajustar el presupuesto a una construcción inteligente y con tecnologías eficientes, donde la aislación y el sistema constructivo fueron prioridades. El radier se elevó del suelo, el segundo piso tiene tecnología de aislación E.I.F.S. (envolvente termica exterior) y toda estructura ahí es liviana gracias al uso del metal. En la escalera se usó una plancha metálica plegada, en algunos muros se observa hormigón a la vista en el primer piso y los cielos de la terraza y el interior se unificaron con madera. Todos esos son detalles que ellos pensaron y pudieron ejecutar tal como querían gracias a su condición de constructora boutique.
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Ideas que inspiran: Una casa que resalta, inspirada en el juego audaz de volúmenes y con la relación interior y exterior.
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