1. ¿Por qué crees que no había habido mujeres en la presidencia de la AOA antes?

Ha habido grandes directoras en la AOA, incluso en su fundación, como Antonia Lehmann. También han sido directoras Marianne Balze, Mónica Pérez, Amalia Barreda y ahora Francisca Pulido y Ángela de Lorenzo, pero las arquitectas somos solo el 35% de quienes ejercen la profesión en nuestro país, lo que nos había dado menor representación hasta ahora. Esto ha cambiado y ahora en las escuelas de arquitectura la cantidad de mujeres estudiando arquitectura ya casi supera el 50%.

2. ¿Cómo ven lo que resta del año en el mundo de la construcción?

Complejo, duro, pero también como una oportunidad para repensar cómo estamos haciendo las cosas y cómo va a cambiar nuestra manera de vivir. Es probable que el impacto sea importante en las modalidades de trabajo, estudio y en factores que impactan en la ciudad como el transporte urbano. Hay que reinventarse, crear, innovar.

3. ¿Tienen algún plan como asociación para enfrentar los problemas de este momento?

Estamos conversando con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo y próximamente con el Ministerio de Hacienda para agilizar la tramitación municipal de permisos online: algo que puede pensarse muy simple es de gran importancia para nuestro gremio. También terminamos de habilitar un espacio de cowork para nuestros socios en la sede AOA y estamos pensando en implementar nuevos sistemas de comunicación más directa con ellos.

4. Fuiste responsable de la misión AOA a los países escandinavos, ¿ideas que más entusiasmaron para replicar acá?

El rescate del borde del río de Copenhague para espacios públicos, la forma como usan la bicicleta y la educación a su población para hacerlo, los centros de la ciudad completamente peatonales, la manera de implementar nuevas soluciones o ideas en la ciudad con intervenciones temporales (algo como lo que se hizo acá en el paseo Bandera), la importancia que le dan a la sostenibilidad y su objetivo de ser ciudades con huella de carbono 0.

5. La arquitectura en Chile es resiliente. Tras esta pandemia y considerando los temas de higiene y distancia social, ¿qué cambios podrían sufrir los espacios en los que nos relacionamos? (retail, espacios educativos, espacios públicos)

Nos estamos dando cuenta de que el teletrabajo, reuniones, clases y compras online resultan, y bastante bien. Optimizan nuestros tiempos y reducen los desplazamientos en la ciudad. Seguramente cambiarán las necesidades en las viviendas con espacios más flexibles y quizás bajará la necesidad de superficie en oficinas y retail. Se dará mayor valor a los lugares de esparcimiento y que baje el uso del transporte público. Otras consecuencias, como por ejemplo en la arquitectura de la salud, todavía no las imaginamos.

6. Tu oficina, MAO Arquitectos, ha desarrollado aeropuertos. ¿Cómo afectará la nueva forma de viajar la planificación de este tipo de proyectos?

Probablemente se acelere la automatización de los distintos procesos que se dan en los terminales de pasajeros de los aeropuertos, los que ya se había comenzado a implementar. Cambiarán ciertos estándares de diseño aeroportuario y se necesitarán más metros cuadrados por persona en áreas de estar, espera, filas de controles y otros procesos.

7. Nos enfrentamos a un problema de larga data en Chile: la sequía. ¿Qué rol juega la arquitectura en el uso sustentable de los recursos hídricos y su preservación en zonas de construcción donde están presentes?

Nos estamos haciendo cargo del uso racional del agua en la arquitectura. La promoción de la purificación y reutilización de aguas servidas o grises, el aprovechamiento de aguas lluvias y la implementación de tecnologías de bajo consumo de aguas sanitarias ya son parte de las variables centrales de nuestros proyectos.