1. ¿Es divertido ser una crítica gastronómica de medios como New York Times? ¿Los dueños se ponen nerviosos cuando te ven sentada a sus mesas?

Me encanta. Es muy divertido ganarse la vida probando diferentes ingredientes y platos. Me ha hecho apreciar la comida en un nivel distinto al que lo hacía. No es como en las películas o las series, porque hay un lado no muy glamoroso y toda esa comida perdida me mata. Los dueños a veces se ponen nerviosos cuando me ven, pero trato de moverme fuera del radar o, si me conocen, hacerlos sentir cómodos.

2. ¿Cómo comenzó tu relación con el chocolate?

¡He amado el chocolate desde que puedo recordar! Después de haber estado escribiendo sobre comida por 5 años, me di cuenta de que tenía un gusto tan grande por los dulces que quería concentrarme en postres. El chocolate, mi favorito, parecía una opción obvia.

3. ¿Cómo resumirías tu libro "Bean-to-Bar Chocolate: America's Craft Chocolate Revolution"?

Además de perfiles de chocolateros en EE.UU., mi libro es un entretenido recorrido a través de todo el proceso bean-to-bar, con peculiares infografías/dibujos y textos más detallados. Derriba algunos mitos populares (sí, el chocolate blanco es realmente chocolate) y hay una sección completa de salud y chocolate. Me divertí mucho armando la sección de cata y maridajes, con algunos inusuales como cerveza, queso, pan, café, té y alcoholes. También tiene algunas recetas muy asequibles y ricas de reposteros y chocolateros.

4. ¿Qué te trajo a Chile?

Chocolate Óbolo me invitó a celebrar el lanzamiento de su nueva línea de barras con inclusiones chilenas. Conocí a Mark Gerrits, dueño de Óbolo, en un campamento de verano de chocolate el año pasado (¡sí, existe eso!) y nos caímos bien. Le dije que pensaba que Chile tenía tantos ingredientes especiales para incluir en sus barras, y después de escuchar consejos similares de otros en la industria y de investigar los ingredientes más deliciosos, él creó chocolates asombrosos. Vine a probarlos y a pasar tiempo con su staff. Volamos al desierto de Atacama para buscar rica rica y otras hierbas que usó en sus chocolates con la artista que los provee, Patricia Pérez, de La Atacameña.

5. ¿Probaste buen chocolate acá?  

Síííí, amo lo que esta hacienda Óbolo. Trabajan con un cacao maravilloso de una cooperativa en Pangoa, Perú, para entregar éticamente granos frutosos, de alta calidad, que hacen chocolate bean-to-bar delicioso en su tienda de barrio Italia. En particular amé su chocolate oscuro con rica rica y su chocolate blanco con murta. Me entusiasmó mucho ver la comunidad que han desarrollado y cómo se ha traducido en excelentes postres de chocolate también. Por ejemplo, el restaurante La Mesa usa Óbolo para hacer postres que hacen agua la boca.

6. El otro día veía "Sugar Rush" en Netflix y los jueces pedían a los concursantes crear una preparación con chocolate ruby y chocolate rubio, los que "se están apoderando del mundo". Nos puedes explicar estas tendencias.

¡Qué interesante! El chocolate ruby y el rubio son cosas completamente diferentes. El chocolate rubio es chocolate blanco caramelizado: tuestas el chocolate blanco a baja temperatura, lo que le da fuertes notas de caramelo y un perfil de sabor más complejo. Fue popularizado por Valrhona en 2006. Ahora otros productores venden muy buenas versiones. Lo puedes hacer en casa también.

El chocolate ruby es un nuevo producto vendido por la empresa belga/suiza Barry Callebaut. Han desarrollado un método patentado para crear chocolate que es naturalmente rosado y tiene sabor frutoso. Imagina algo como chocolate blanco con sabor a frambuesa, eso es ruby. Muchos chocolateros y chefs reposteros se han entusiasmado con usarlo, aunque otros piensan que es solo una moda y no es realmente el 'cuarto' tipo de chocolate.

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