Cincuenta piezas de arte, pintura, escultura, video y trabajos de instalación firmados con nombres que van desde el mismísimo Bruno Munari, precursor de las investigaciones sobre la percepción e indiscutido referente del diseño y la didáctica, hasta artistas que participaron del movimiento como parte de agrupaciones o en forma individual, entre los que cuentan Gianni Colombo y otros miembros del Gruppo T (Giovanni Anceschi, Davide Boriani, Gabriele de Vecchi o Grazia Varisco), se reúnen en esta muestra que se desarrollará paralelamente en las salas del Centro Cultural Las Condes y Espacio ArteAbierto de Fundación Itaú. “También quisimos mostrar diez vestidos Haute Couture del diseñador de moda Fausto Sarli, los cuales muestran a la audiencia las conexiones que existen entre el arte y la moda, con creaciones que dan cuenta de la investigación artística que se realizó de esos años”, cuenta la curadora Micol di Veroli sobre los highlights de la muestra.
Artistas clave del arte óptico y cinético italiano están en Chile para dejar sin habla a quien asista a ver la exposición. “La idea detrás de Occhio Mobile fue transmitir la estética de gran alcance y los conceptos del arte óptico italiano y del arte cinético en una gran exhibición. En este tipo de exposiciones tienes que considerar las dificultades de seleccionar a los artistas y luego recoger sus obras de arte, las que generalmente están repartidas por el mundo”, dice Micol di Veroli.
Luego, otro punto desafiante del proceso fue equilibrar las interesantes yuxtaposiciones entre las diferentes piezas de arte y armar un diálogo atractivo entre su naturaleza y la audiencia. “Me alegra haber creado uno de los registros más completos con las tendencias clave del arte óptico italiano, el que hemos construido a través de un intercambio cultural entre Europa y Latinoamérica, continente que tiene un rico patrimonio de estos movimientos”, suma la curadora Micol di Veroli.
Todo esto se puede disfrutar gracias al esfuerzo hecho en conjunto por Fundación Itaú y la Corporación Cultural de Las Condes. “Aquí el espectador va a recibir una pintura pura, que no está contaminada, en la que el artista del siglo XX toma conciencia de la autonomía del color y, a través de su trabajo, trata de conseguir el movimiento, tanto real como virtual, más conocido como Op Art”, concluye Milan Ivelic, director de Fundación Itaú.