Operación rescate
Apicultura urbana. Un balcón, una azotea o hasta un patio interior pueden perfectamente ser un hogar para estas pequeñas trabajadoras en peligro de extinción. Para cuidarlas no hace falta mucho equipamiento, ni horas de dedicación, solo educarse.
En el planeta hay 1.400 millones de insectos por persona y de estos más de un tercio está en peligro de extinción, entre ellos las abejas, responsables de la polinización o fecundación de un 70-80% de las plantas. De ahí que en los últimos 10 años el foco de atención se pusiera en estas pequeñas trabajadoras, pensando en la crisis alimentaria, por cierto, pero también dentro de un paradigma más saludable y sostenible de retorno de la vida natural a la ciudad, como los huertos urbanos, como los bosques verticales. En este caso se trata específicamente del cuidado de la abeja de la miel, Apis melífera, y su crianza en las grandes ciudades, la apicultura urbana.
El problema es que en muchos casos las ganas y la buena voluntad han sido mayores que el conocimiento necesario, provocando más problemas que soluciones. En Berlín, por ejemplo, un enjambre de 30 mil abejas se instaló hace poco en dos bolardos del tránsito en una concurrida calle, causando la estampida de los transeúntes. "En la ciudad, si no desarrollas un manejo adecuado van a enjambrar en cualquier lugar, debajo de un auto, en un grifo, una bicicleta, chimenea, y eso es altamente peligroso porque no hay cómo sacarlas. Hay que tener ciertos controles para no saturar los lugares donde se van a alimentar", explica Felipe Bastías, de Colmenas Urbanas, una iniciativa que busca educar y proteger esta especie. Lo que sucede, como dice, es que cuando las abejas ya no tienen espacio en las celdillas para seguir poniendo huevos, la reina determina que no es el lugar óptimo y se va con un grupo de ellas, los enjambres y se posicionan en otro lugar".
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Manos a la obra: 4 Tips Apicultores
El uso de pesticidas y los monocultivos para la arrasadora industria alimentaria (menos variedad de alimento disponible para los insectos), la disminución de las áreas boscosas y la contaminación electromagnética están entre las causas de la merma de las obreras voladoras, según la mayoría de los informes, entre ellos Greenpeace.
¿Qué se puede hacer desde la ciudad? Varias cosas, primero que todo, educarse, un poco como pasa con la mantención responsable de mascotas. No es llegar y comprar una colmena para luego dejarla mal cuidada o abandonada. "El tema es formarse, no hacer tutoriales por internet. No sirven los videos acá, la abeja tiene veneno y hay que ser cuidadosos", dice Felipe.
1. ¿Qué tips puedes darnos para convivir tranquilamente con las abejas en la ciudad?
Si ven abejas en la ciudad les podría decir sin ninguna duda que ellas están dedicadas 100% a buscar alimentos para mantener viva su colonia y prepararse para la fase en la que disminuye la oferta alimentaria y pasan a un estado de latencia, similar a la hibernación. Por lo tanto no están preocupadas de picar a nadie. No son seres agresivos, sino absolutamente dóciles, por lo que no deben atacar a las abejas si están cerca de ellas, y facilitar el acceso a flores, ya sea a través de plantas y/o árboles en nuestro barrio.
2. ¿Con qué acciones específicas puedo ayudar a preservar la abeja de la miel?
Desde mi casa y/o departamento tengo dos grandes opciones: cultivando plantas con flores (caléndula, romero, menta, cardenales, salvia, rosas, manzanilla, orégano, cilantro), si son espacios reducidos como departamentos o pequeños jardines y que además pueden ser usados en la base alimentaria como ingesta saludable. O bien, y esta opción es un 'imperativo ciudadano', solicitar a los gobiernos locales, municipios y organizaciones de base responsabilidad con los espacios verdes de nuestros barrios, oponiéndonos a la insensible tala de árboles de nuestros parques y calles. Deben ser especialistas los que recorran el territorio evaluando qué árboles deben ser podados y/o retirados. Los árboles cumplen diversas funciones en la ciudad, desde ser lugares de habitabilidad para aves y algunos vectores polinizadores, hasta ser entes de contención de la temperatura ambiental.
3. ¿Si quiero criar abejas en mi jardín o terraza, cuánto espacio necesito?
No se requiere gran cantidad sino más bien tener conocimiento de los manejos que debemos realizar, pues recordemos que es una unidad biológica que opera bajo ciertas normas de desarrollo, y si no brindamos las condiciones pueden convertirse en animales muy complicados de convivir con ellos. Nosotros hemos criado abejas en balcones, techos, azoteas y patios en el centro de la ciudad y en gran altura sin tener ningún tipo de inconveniente.
4. Si quisiera tener mi producción casera propia de miel, por ejemplo, ¿qué necesito y cuánto tiempo aproximadamente me demandaría al mes?
No se requiere tanto tiempo para manejar un par de colmenas en otoño e invierno, tal vez dos veces en el mes, pero sí hay que ser muy responsable de la salud de las abejas. En primavera y verano se debe estar más atento a la evolución de la unidad biológica, pues crece aceleradamente debido al aumento de floraciones.
Suponiendo que la persona ya estudió y se formó, necesita: la unidad biológica, las abejas, la colmena (caja), el traje, guantes, el velo –ojalá con la trama encerada, de mejor calidad–, una cuña o palanca que es para abrir y el ahumador.
"Cualquier persona puede hacerlo, no tendría por qué picarte una abeja, su docilidad tiene que ver con el trato que le das. Si las estrujas, les vas quitando la miel, el propóleos, vas generando en ellas una resistencia y un estrés, entonces van a ir dejando de ser dóciles".dice Felipe Bastías, Colmenas urbanas.
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ABC apicultor
La miel: es un líquido viscoso que producen las abejas al libar el néctar que usan como uno de los elementos de su base alimentaria. Al libarlo en su mandíbula van aplicando una enzima que emana desde la glándula hipofaringea y esta transforma el néctar en miel.
El propóleo: es una resina oleosa que las abejas extraen de algunos árboles y la utilizan para higienizar la colmena.
La cera: es una secreción producida por las abejas desde unas glándulas que poseen en el abdomen, y es usada para desarrollar las celdillas donde la reina depositará los huevos para preservar su especie, y también para almacenar el polen, la miel y el néctar.
- Si hay más de 37 grados de temperatura ambiente la abeja no va a salir a buscar néctar, busca agua para termorregular la colmena; si hay mas de 25 km de viento tampoco saldrá porque se pueden romper sus alas.
Felipe Bastías, de Colmenas Urbanas.
Cursos apicultura urbana
En Casa de Oficios Felipe dicta los siguientes talleres en los próximos meses:
- Introducción a la apicultura urbana
31 agosto, $35.000, 1 clase
- Apicultura urbana
7 septiembre, $180.000, cinco clases, aquí se tratan más en profundidad los temas relacionados al manejo y cosecha de las colmenas, ideal para quienes tienen interés en el tema y lo quieran desarrollar.
- Cosecha de miel
25 septiembre, $35.000, 1 clase
Felipe Bastías, de Colmenas Urbanas, se certificó con expertos de la Universidad de Chile y lleva años trabajando en la instalación de colmenas urbanas como, por ejemplo, en el Centro Creativo Leñería, en la Comunidad Ecológica de Lo Cañas y en distintos puntos de Santiago. www.casadeoficios.cl @colmenas_urbanas
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