Ubicada en el pueblo de Sant Feliu de Boada, cerca de Pals y Peratallada, en Gerona, España, se proyectó esta inmensa casa de 900 m² como segunda vivienda para una familia con tres hijas adolescentes. Vestida con materiales sinceros y nobles que emulan la tradición rural del pueblo donde se emplaza, la casa despierta como un gran nicho de descanso; olvidarse de los problemas de la ciudad aquí es un 'must'; los amplios espacios, las delicadas terminaciones y el jardín con una gran piscina glorifican la palabra descanso.
La planta principal se proyecta en forma de L con el jardín en la parte interior, lo que permite resguardarse del viento de Tramontana, tan típico de esta región. Aquí se sitúa el área comedor-cocina-lavadero en un ala, y en la otra los dormitorios de las niñas y de los invitados, además de la sala de juegos. También se emplaza la suite principal con un pequeño salón y, en el sótano la bodega, la sala de 'home cinema' y el billar; por último, el garaje de grandes dimensiones, para albergar los autos del propietario, dedicado al mundo del motor.
El hall de entrada, el living y el comedor aparecen como un conjunto diáfano con grandes ventanales que relacionan interior y exterior como un solo espacio. El living-comedor se sitúa en dos niveles que los separa, pero sin perder la sensación de unidad. A través de la iluminación se resalta el techo con vigas inclinadas y la pared de piedra. De este modo se consigue un contraste en colores, materiales y texturas. Se combinan elementos naturales como la piedra, alfombras de esparto, troncos de madera, el hierro crudo, el mimbre, con otros más sofisticados, como el latón, el terciopelo y los jarrones de cristal ocre.
La casa, en palabras generales, apuesta por una continuidad cromática, contraste y calidez. Toda la obra tiene el mismo tono café-visón que se aplica en paredes, techos, cocina, clósets, consiguiendo así una mayor continuidad y sensación de unidad, y se convierte en hilo conductor de la vivienda. Siempre se contrasta con el negro reflejado en los elementos de hierro, en carpinterías exteriores y elementos decorativos. Destaca el zócalo de hierro negro como elemento de conexión estética y contraste presente en toda la vivienda. El uso de esparto (fibra natural), madera, tejidos de lino y mimbre aportan luz, calidez y frescor.
Las habitaciones siguen la misma línea estética de la casa, monocolor, mobiliario a medida en pino, tiradores en negro, suelo de roble natural con nudos, todo combinado con textiles rústicos y lámparas de madera. mimoucabarcelona.com
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Ideas que inspiran. Una casa que brilla en medio de su contexto natural, hecha con amor en los detalles y pulcritud divina.
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