1. Háblanos de tu obra “Cornisa Palacio Vergara”, la propuesta y técnica que empleaste.
Es una obra que invita a reflexionar sobre la entropía, la riqueza de los palacios de la Quinta Región (y de todo Chile), su deterioro y la indolencia de nuestra cultura frente a ello.
Combiné formas de producción y tecnologías. Utilicé papel acuarela de 300 g, 100% libre de ácido, que pigmenté manualmente, mezclado con el dibujo en computador de los signos elegidos: los bichos que habitan el hogar humano cuando dejamos de cuidarlo, haciendo su casa dentro de nuestro espacio: hormigas, arañas, cucarachas, moscas y polillas.
2. ¿Qué significa representar a Chile en National Museum of Women in the Arts (NMWA)?
Es un tremendo honor participar con una obra que visibiliza el ‘paisaje arquitectónico local’, que invita reflexionar sobre el cuidado de la memoria material. Me encantaría que esa reflexión trascendiera al público extranjero de “Paper Routes” en Washington D.C.
3. ¿Qué te gusta del papel como soporte?
Llegué al papel porque es un material liviano, fácil de almacenar y trasladar, noble pero sencillo. Me propuse dar continuidad a mi trabajo artístico, emocionar y, por sobre todo, no usarlo solamente como un soporte de las ideas, sino ser en sí mismo el mensaje, que es parte de lo que quiero comunicar en la serie “Memoria y Ornamento”: la fragilidad del escaso lujo en un país pobre, una fragilidad que no es solo material, sino también social.
4. En relación a tu trabajo surgen palabras como experimentar y meticulosidad, ¿qué otras características te gusta destacar?
La influencia del diseño (disciplina en la que fui docente por 13 años), que gracias a su metodología me permitió ordenar la producción, además de solucionar y anticipar problemas. También destaco la capacidad de hacer una obra en gran formato y poder enviarla a cualquier lugar del mundo. Imaginé el paso de exponer fuera de Chile hace 15 años, por lo que tenía que estar preparada para este momento, no solo con una madurez en la obra, también logística.
5. ¿Por qué te trasladas a Valparaíso y cómo ha influido en tu obra?
Siempre quise salir de Santiago. Lo hice hace 20 años y llegué a Valparaíso hace 12. Tenía susto de quedar relegada de la ‘escena del arte’ capitalina, y efectivamente ocurrió. Sin embargo, abrí un nuevo camino, más personal, lejos de las modas, en el que pude crear con honestidad, con tiempos más laxos y donde me permití el lujo de la meticulosidad. Aquí me ‘di permiso’, demolí mis propios prejuicios y he podido expandir mi creatividad.
6. ¿Estás trabajando en otros proyectos?
Me animé a explorar otras áreas como es la editorial, con mi libro ilustrado de recetas italianas “Suculento” (con recetas de Pellegrino Artusi), proyecto al que me he dedicado los últimos cinco años junto a Casa Artusi Italia. Además soy productora y directora de arte en Masivo Films Producciones.