El hotel Freehand Nueva York, creado por Sydell Group (responsables también del NoMad hotel en Nueva York y los Freehand de Miami, Chicago y Los Ángeles), cuenta con 395 habitaciones y ocupa el mismo cuerpo del antiguo hotel George Washington, que fue la casa de muchos escritores, músicos y artistas de los años 20. Construido en 1928, el original George Washington Hotel surgió en un momento de ágil desarrollo en Manhattan. Por lo mismo, el nuevo Freehand NY tomó señales de diseño que van en la línea literal y figurativa de su historia para transformarse en un hotel cómodo y asequible en pleno corazón de la Gran Manzana. Los diseñadores a cargo fue la oficina Roman and Williams, quienes han colaborado con Sydell Group desde los inicios y lograron crear una conversación perfecta entre el pasado y el presente, combinando el trabajo de artistas emergentes seleccionados para dar vida sabiamente a los interiores de la construcción. La entrada del hotel es el claro ejemplo de esta combinación entre el ayer y hoy, ya que se restauró la estructura manteniendo su estampa y se combinó con un mural contemporáneo.
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Lo que hoy se respira dentro de sus paredes se puede describir como la hospitalidad hecha hotel, ya que las habitaciones están pensadas para todos los gustos, ofreciendo seis tipos de maneras de dormir que van desde literas hasta amplias suites ubicadas en el penthouse del edificio. A esto se acoplan generosos espacios públicos que acogen una deliciosa oferta gastronómica puesta en marcha con toda la maestría de Gabriel Stulman, y su grupo de restaurantes llamados Happy Cooking Hospitality, que le dio forma a la carta del restaurante Simon & The Whale. El hotel cuenta además con una especial atmósfera en el George Washington Bar y una amplia oferta culinaria propuesta por Smile To Go de Matt Kliegman, Carlos Quirarte y Melia Marden, donde se ofrecen sabores mediterráneos. Por su parte, el Broken Shaker New York, de Gabriel Orta y Elad Zvi, de Bar Lab y Sydell Group, pasa a ser un verdadero paraíso que vive en el piso 18 del edificio y cuenta con toda una onda bohemia, afro-jazz y caribeña acompañado de una terraza que ofrece vistas en 360º sobre Nueva York.
Cada habitación está equipada con textiles llamativos y una decoración dinámica que refleja el trabajo que tuvo Roman and Williams con fabricantes y artesanos locales, quienes crearon muebles personalizados y elementos decorativos con el enfoque puesto en la estética de la cultura de Nueva York. La iluminación fue pensada cuidadosamente para ir acompañando una decoración que resalta los materiales naturales y se acompaña de plantas en cada habitación y así dar una sensación fresca y acogedora.
Lo particular es que el hotel, en asociación con un programa de residencias Live Arts Bard de la universidad privada de artes liberales Bard College, y el programa Bard MFA, ofrece el Freehand Followship, que les permite a diferentes artistas poder vivir, trabajar y exhibir dentro del hotel. freehandhotels.com/new-york/