En Puerto Varas, en pleno centro, calle Del Salvador, las casonas Kinzel, Wiehoff y Kaschel, de fines del s. XIX y las primeras décadas del XX, estuvieron cerca de 10 años a la espera de ser reconstruidas. Estaban prácticamente en desuso, deterioradas y “en estado de latencia”, como cuenta Heike Hopfner, de Moraga y Hopfner (mha.cl), oficina de arquitectura a cargo de volverlas a la vida, trabajo por el cual ganaron en la categoría Mejor Proyecto de Intervención Patrimonial en el PAU 2019.

Buenos ejemplos, testigos de la colonización alemana en el lago Llanquihue a mediados del XIX, las tres casas planteaban un doble desafío en su reconstrucción: conservar su carácter e identidad y, a la vez, insertarse armónicamente en la vida urbana de un Puerto Varas que vive en el siglo XXI. “Para nosotros lo primero era el valor ambiental, que es a lo que apela también la zona típica en la que se encuentran las casas; es el espacio urbano que generan, la volumetría, la impronta que tienen respecto a la calle y los espacios exteriores. Lo segundo era cómo estas casas podían ahora ser incorporadas en el recorrido urbano para un usuario común, darles usos y generar este recorrido interno, la posibilidad de conocerlas”, cuenta Heike.

De esta manera, con Patagonland, inmobiliaria que asumió el desafío, se reconvirtieron los viejos inmuebles dando lugar a un acogedor paseo, una suerte de bulevar, con plazas interiores, tiendas, cafeterías en el primer piso y oficinas en el segundo piso de las casas, generando un espacio nuevo y útil para Puerto Varas, al tiempo que recuperaba tres casonas tan queridas por la comunidad.