Cuando uno recorre las obras de Jonathan Mizzi, no se puede abstraer de esa cuota de futurismo: cobres y bronces trabajados en curvas modernas, con alma orgánica, como la espectacular cafetería que diseñó para Colicci en Stratford, Reino Unido. Este departamento sigue en la misma línea, y son dos las características que más llaman la atención en él: por un lado, la isla de la cocina, una lámina de hormigón, que se curva y levanta del suelo transformándose en mesón de trabajo y lugar de juego para el hijo del dueño; segundo, el cielo laminar que se descuelga y transforma en muro y soporte de la chimenea.
El diseño de la planta fluye de un espacio al otro, casi no existen puertas que generen límites físicos y eso hace que la vista avance, se reenfoque y vuelva a avanzar sobre un nuevo plano o curva. Mizzi mantuvo mucho del look industrial propio del edificio, como los cielos de hormigón visto donde aún se notan los moldajes; en estas losas se instalaron los distintos equipos de iluminación, algunos a la vista y otros escondidos en el cielo falso, transformando la iluminación en uno de los sellos más característicos del departamento. Para sumar calidez intervinieron el suelo del estar con madera de nogal.
Este espacio se encuentra en un edificio que está en el límite geográfico entre las zonas urbanas y residenciales en la isla de Malta, y reúne las ideas que Mizzi siempre trata de desarrollar en sus proyectos: futurismo, ciencia y amor por la naturaleza, independiente de la escala en que trabaje. Para conseguir esto, el equipo de Mizzi Studio está constantemente investigando nuevos procesos y técnicas de manera de llevar más al límite las posibilidades de un proyecto. mizzi.co
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