Cada año (desde mediados de los 60) el Servicio Alemán de Intercambio Académico DAAD, invita a 20 artistas internacionales de todo tipo a vivir y/o trabajar en Berlín. Hace 24 años, muy cerca de la fecha de la caída del muro, un jovencísimo Jasper Morrison (1959) debutaba en la galería de la DAAD con la muestra Some New Items for the Home, Part I. Allí, en un escenario bastante antagónico a lo que ocurría en el resto del mundo, este diseñador inglés hizo una de sus primeras exhibiciones públicas; una instalación muy conceptual sobre los objetos ‘necesarios’ y su relación con el entorno humano (reflexión permanente en toda su trayectoria). Menos que mínimas, pero mucho más que básicas, las piezas que allí se exhibieron fueron un hito, y lo llevaron de una forma u otra al ‘éxito’, o si se prefiere al ‘reconocimiento internacional’. Un año más tarde, pero esta vez en la Feria de Milán y con el apoyo de Vitra se montó Some New Items for the Home, Part II.
La historia que sigue es imaginable y una realidad que finalmente define, nos guste o no, la carrrera de cualquier diseñador; la presencia en los circuitos en los que hay que estar y la alianza con un marca tan estratégica como reconocida.
En la biografía de los ‘grandes’, siempre existe este momento. Ahora ¿es ese ‘momento’ homologable al discurso -el fondo- con el actual o uno posterior? No siempre, en este caso sí. De hecho Morrison y Vitra aún producen esta silla (madera laminada y chapa de abedul), en la que la complejidad formal ha quedado reducida a su mínima expresión. Una cruz de madera cuyos bordes se afinan hacia el centro es el soporte del asiento, permitiendo que este ceda durante su uso. Además su respaldo, curvado sutilmente, la hacen una silla especialmente cómoda, pese a la apariencia básica de su diseño.
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