Ir a tomar desayuno, almorzar, tomar té o a comer. Decida usted. Pero de que es rico y bueno, lo es. Comida internacional con el foco puesto en las preparaciones ecuatorianas. Eso es Köök. Un lugar cuya partida habla del reencuentro de dos amigas, Catalina Valdés y María Teresa de Urruticoechea; las mismas que estudiaron juntas en el colegio, luego en la escuela de gastronomía École Culinaire Francaise, para terminar trabajando en algunos eventos. La vida, como se dice, las llevó a cada una por un camino diferente y pasaron cinco años para poder reencontrarse y curiosamente, cada una con un sueño similar: tener un restaurante donde cocinar sus propias recetas, y, por otra parte, que diera espacio para un emporio con delicatessen, varias de reconocidas marcas como Y Cocina, La Charcuteria, Mi Muesli, Garden Tea y Yoyo Tea, entre otras.
decoración. Los muebles de apoyo y servicio, al igual que los bancos y mesas distribuidos dentro y fuera del restaurante, fueron hechos igualmente en pino finger y se dejaron sin pintar.
Pero para entender Köök, hay que entender también a sus dueñas. Catalina Valdés es chilena-ecuatoriana y es una chef que se ha dedicado a trabajar en diferentes cocinas de estos dos países. María Teresa de Urruticoechea por su parte agarró experiencia en la administración de empresas, por lo que la dupla con Catalina era perfecta, lo mismo que el lugar que encontraron en Nueva Costanera, y cuyos cambios estuvieron a cargo de Amunátegui Valdés Arquitectos. "El restaurante está organizado en dos áreas vinculadas entre sí. La primera considera el acceso y recepción, el emporio, la caja y la salida a la terraza y patio trasero. La segunda es mayor en tamaño, y consiste en una cocina abierta al comedor. Las dos están definidas por cielos piramidales, similares en altura y forma. Estos diferencian cada recinto, a la vez que los vinculan por medio del uso de un mismo lenguaje formal". Los cielos fueron revestidos con tablas de pino bruto pintado de un tono gris verdoso desde donde cuelgan 34 lámparas iguales, sopladas en cristal según un molde especial y sujetas por piezas de bronce, hechas especialmente para este lugar. "Los muros fueron revestidos en cerámicas córdova blancas, estampadas con un bajorrelieve lineal que, agrupado en módulos de cuatro unidades, generan un patrón mayor. El piso se hizo en batuco, cuyo tono rojizo y módulo rectangular se suma al resto de las texturas y colores del lugar", comentan.
Las mesas y sillas del restaurante fueron seleccionadas del catálogo de la firma Thonet, y encargadas a la fábrica de la firma en República Checa.
Buenas decisiones decorativas para un recomendado de los amantes de la buena mesa. Y es que para quienes les guste comer como los dioses, este es un templo con un menú que toma fuerzas en la cocina ecuatoriana, utilizando productos frescos de la sierra y del mar. Cocina internacional de autor con todo el sazón ecuatoriano.
Dirección: Nueva Costanera 3986 T 953 7391