1. Tienes la idea

Investiga el mercado, analiza si hay competencia. Esto te dará el pulso de la viabilidad de tu diseño o producto. “Revisa que exista un potencial cliente que querrá adquirir el producto o servicio”, recomienda Vicente Oviedo, jefe de Propiedad Intelectual de la Dirección de Transferencias y Desarrollo UC.

Ilustración: Gabriel Ebensperger

2. Crea el concepto

Identifica las cualidades de tu diseño o producto, qué es lo que lo hace único, atractivo, especial o necesario. “Un tema relevante a tener presente es que no todo lo que está en internet es gratuito y de uso público. Muchas veces el uso de fotos y videos sin contar con licencias o autorizaciones puede tener consecuencias legales. Idealmente, que sea un diseño o nombre original, que no se utilice en el mercado”, explica el abogado Andrés Grunewaldt, miembro y voluntario de Fundación Pro Bono.

Luego es recomendable usar herramientas de prototipado rápido para validar un concepto con elementos esenciales o mínimos. “No inviertas demasiado tiempo en terminar un producto si aún no validas ese concepto mínimo. Prueba varios conceptos y quédate con uno, que luego incorpore las mejoras necesarias o elementos adicionales para que resulte más interesante a tu potencial cliente”, aconseja Vicente Oviedo.

3. Luego lo diseñas

Recomendación: “Recopilar y guardar muestras o expresiones del diseño tales como maquetas, fotografías y dibujos, y hacer un listado de por qué ese diseño se diferencia de otros productos similares”, dice Trinidad Guzmán, coordinadora del Área de Diseño y Servicios Creativos del Mincap.

Ilustración: Gabriel Ebensperger

4. Antes de publicarlo por cualquier medio y RRSS, lo registras

“Hoy estamos en una vitrina mucho más grande, por lo tanto, si considero que tengo un diseño original, lo primero que hay que hacer es no exponerlo o publicarlo en RRSS o internet si no he tomado medidas preliminares, sobre todo si quiero explotar comercialmente esos diseños”, recomienda Alfredo Montaner, abogado especialista en propiedad intelectual, socio de Sargent & Krahn.

Regla Nº 1: Registrar

Una de las primeras medidas es registrar los diseños en el Registro de Propiedad Intelectual. “Todo diseño puede obtener protección por el derecho de autor, porque dicho derecho protege cualquier creación original sin distinción, pero si además el diseño es tridimensional y sirve de patrón para la fabricación de productos (como sillas, mesas, lámparas, guitarras o cualquier otro producto tangible), entonces además puede obtener protección por la propiedad industrial, en específico por los diseños industriales”, recomienda Trinidad Guzmán.

Tipos de registros

a) Una de las primeras medidas es registrar los diseños en el Registro de Propiedad Intelectual (propiedadintelectual.gob.cl). “Este registro no garantiza que nadie lo vaya a copiar, porque ellos no hacen de policía de lo que está pasando a nivel mundial. Sirve para dejar una constancia de que a partir de cierta fecha que inscribiste ese diseño tú te estás atribuyendo la autoría”, explica Alfredo Montaner. Lo que puede servir si uno entra en una disputa de diseño. “Este registro no te hace titular de un diseño porque quizás ya fue registrado algo similar en otra fecha”, suma el abogado.

Si bien en el caso del derecho de autor las creaciones están protegidas desde el momento de su creación y sin necesidad de registro alguno, realizar este registro otorga una ventaja significativa en caso de plagios o demandas por el diseño. “En efecto, cuando un diseñador registra su diseño en el Registro de Propiedad Intelectual la ley presume que él es el creador de ese diseño, y cualquier persona que alegue lo contrario (por ejemplo, que es el verdadero creador o que le robaron el diseño) debe probar que es así aportando la evidencia; en otras palabras, registrar el diseño en el Registro de Propiedad Intelectual libera al diseñador de probar que él es el creador en caso de plagios o conflictos”, explica Trinidad Guzmán.

Procedimiento: Se puede hacer en línea, y el costo es en UTM, que varía según el tipo de inscripción.

Validez: Mundial.

Duración: Es por toda la vida del autor y hasta después de su fallecimiento.

b) Otra alternativa que hay, si se trata de un diseño industrial, es el Registro de Diseño Industrial, que se hace en el Inapi (inapi.cl), en la oficina de marcas y patentes que protege al objeto desde el punto de vista ornamental. “Hoy en día tiene un cierto obstáculo y es que para poder registrar el objeto tiene que pasar una serie de exámenes de perito. Esto sube los costos y el tiempo. La ley se está modificando para establecer un sistema simplificado de registro de diseño industrial por el cual el registro se otorgue en forma casi automática con su sola presentación, y su análisis pericial se postergue por si requiero ejercer acciones contra terceros. También funciona como un depósito donde a uno le dan una fecha de inscripción”, explica Alfredo Montaner.

Validez: Es territorial, es decir, eres dueño de ese diseño, pero solo en Chile.

Duración: Es limitada en el tiempo y después de eso pasa a ser de dominio universal. “Por eso hoy muebles que son un clásico no tienen un monopolio legal o exclusividad para fabricar y reproducir ese mueble. No hay falsificación cuando es de dominio público un diseño y se diferencian unos de otros por la calidad al reproducirlo. No se puede adjudicar la marca, pero sí reproducir su fabricación”, explica Alfredo Montaner.

Ilustración: Gabriel Ebensperger

5. Ya estás listo

Hechos todos los pasos anteriores ya estás en terreno firme para desarrollar tu producto, con tu marca e ¡implementarlo! “Inapi lanzó a fines del año pasado una plataforma llamada mercado de origen (inapi.cl/mercado-de-origen/), que busca conectar a artesanos/as, agricultores/as y pescadores/as con potenciales clientes”, concluye el abogado Andrés Grunewaldt.

¿Qué pasa cuando me asocio con una marca más grande?

Hay dos modalidades

• Ceder el derecho de autor que reconoce que tú fuiste el creador original pero ya no puedes explotar ese diseño.

• La otra modalidad son las licencias, donde queda convenido que el producto se reproduce y comercializa para una cantidad ‘x’ de plata. “Los caminos son variados. El contrato de licencia debe enumerar qué estoy autorizando hacer. Solo lo que esté en el contrato forma parte de esa licencia, y lo que no es parte lo retiene el titular del derecho.

En todos estos casos es necesario que los diseñadores contraten asesorías para no quedar en desventaja frente a una contraparte que esté más informada y puedan negociar de una mejor forma obteniendo mejores resultados. Muchas veces la informalidad mata a los diseñadores, y esto necesita regularse especificando quiénes fueron los autores originalmente: ¿fue solo una persona?, ¿con alguien más? Todo eso debe estar especificado tempranamente para que el día de mañana la marca grande que compra los derechos o una licencia tenga la seguridad de que nadie los va a demandar y la pueda explotar pacíficamente”, suma Alfredo Montaner.

Registrar la marca:

La marca también es un tema importante en cuanto a registro. El Inapi tiene una base de datos donde se pueden hacer búsquedas, pero es aconsejable contratar servicios de búsqueda porque aunque no exista algo idéntico puede existir algo parecido que sea confundible con la marca que yo quiero crear. También es conveniente registrar los nombres de dominio en .cl (NIC.cl) y en .COM (registradores externos) “Por regla general habrá menos problemas actuales o potenciales si el nombre que le asigno a mi producto es original, no necesariamente una palabra inventada, pero al menos que no haya otra marca igual o confundiblemente semejante registrada por terceros para ese producto”, recomienda Montaner.

Ilustración: Gabriel Ebensperger