Es un hecho. Durante los últimos años el diseño nacional se ha convertido en una plataforma activa en el mercado de bienes y servicios con ofertas para regodearse. Marcas como Hued Hued, Del Río Verde, Décima Makers, Ombú, Aube, y muchísimas más, se preocupan de hacer un trabajo pulcro, cuidando el trabajo a mano, respetando el medioambiente y materias primas locales.
Diciendo esto, ahora ponemos ojo en esta casa, presidida por una gestora del diseño chileno, Trinidad Navarro, dueña de la oficina Prisma Diseño. Ella no solo se dedica a poner ahínco día a día a su pyme –vende muebles como cómodas, libreros, veladores y mesas de centro en maderas nativas, de líneas simples, con chapas naturales–, sino que es una abanderada del diseño made in Chile desde sus venas.
Su casa, sí, tiene aires sureños. Nos cuenta que ella y su marido se casaron en el Sur porque es un lugar que les fascina. Quisieron transportar un poco ese aire a su departamento en Santiago, pero es a otro punto al que queremos llegar. Todo aquí –no exageremos, casi todo– es diseño chileno, pymes que con esfuerzo y buen gusto han levantado sus negocios y han construido reinados. Trinidad tiene pequeños tesoros de cada uno de esos reinos en su casa, elegidos con ojo de lince.
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Nostalgia
Restos del Sur, texturas, colores tierra, linos, suavidad, mucha luz. Este departamento es acogedor y contemporáneo a la vez. El gran living, sin comedor, se conecta a la cocina abierta a través de una isla hipermoderna. Aquí todo pasa; las fiestas, los asados, los partidos de fútbol. Y a la gente le gusta venir para acá, será porque aquí corre una pequeña brisa que despierta los sentidos. ¿Lo que más nos gustó? La lámpara-escultura de pie del chileno Francisco Valle es una lámpara viva. La base es de piedra que él mismo recoge en sus andanzas, y todo el brazo de madera lo hace a mano.
Otro foco importante es el gran librero –hecho por Prisma Diseño, en fierro y madera, a la medida–, que contiene un mundo de cositas: platos pintados a mano por la mamá de Trinidad, libros, cámaras análogas de su abuelo y, por favor, el televisor. "Aquí vemos las grandes finales de los partidos de fútbol –ríe–. Lo bueno es que este espacio es algo relajado, una salita-living, donde todos lavamos los platos y todos nos sentimos cómodos", agrega Trinidad.
Los sofás, por último, son un dúo crucial en este espacio estratégico. Son de los chilenos Área Proyectos, con soporte y brazos de madera. Tienen fundas que se sacan y se pueden lavar; arriba, mantos de la marca Atikux, cojines tierra, un lienzo con cara bonita, con alma de fuego, un fuego tenue. prismadiseno.cl / casacongracia.com