Innovación, simpleza y elegancia. Es lo que se respira en esta planta de 300 metros cuadrados en el vanguardista edificio Monroy, en Vitacura. El proyecto de arquitectura interior, así como el diseño y fabricación de mobiliario y elementos decorativos, salvo algunas piezas de diseño de Sala Vitra, vienen de la mano de Bravo! en colaboración con el diseñador Eugenio Mandiola.

La empresa mandante necesitaba un nuevo espacio propicio para la innovación y para desarrollar nuevos emprendimientos y negocios. "Nuevos proyectos generados a partir de los vínculos con sus propios familiares, por lo mismo, se le denomina como un espacio family office", explica el diseñador Rodrigo Bravo.

El pedido específico consistió en generar ambientes flexibles y elásticos en sus funciones. Y en ningún caso obedecer a la lógica estándar de una oficina, con una distribución parcelada en distintas tipologías de estaciones de trabajo. "Bajo esa lógica catalizamos este discurso y lo que logramos fue un recinto de trabajo superelástico, que pudiese absorber más personas, como también compactarse en relación a la cantidad de operarios".

Como concepto global se pensó en un lugar intermedio entre la casa y la oficina tradicional. "Que tuviese las condiciones para operar de manera práctica y funcional, que es lo propio de la oficina, pero que también tuviese una dinámica bastante acogedora y cómoda, sobre todo que apelara un poco al carácter que tienen las casas", argumenta Rodrigo.

Diseño estratégico

En términos de arquitectura interior, el espacio opera como una planta abierta, con la idea de democratizar todos los espacios, donde cada recinto puede ser utilizado por los distintos empleados, creando límites a través del mobiliario. "Nuestra oficina se especializa en el trabajo de mobiliario y le ponemos mucho énfasis a la innovación. En este caso los muebles van definiendo los distintos espacios y su extensión. Y todo es autosoportante, es móvil, por lo tanto, si se quiere hacer crecer un recinto es muy fácil y práctico hacerlo, es cosa de disponerlos en función de ese requerimiento", agrega Bravo.

Son muebles que llegan a media altura, nunca van de cielo a suelo para no cortar completamente un recinto con el otro. Son elementos que funcionan como un biombo y a una altura que cuando estás sentado tienes completa independencia de tu recinto. Y en la medida en que te pones de pie generas el contacto visual con el recinto de al lado. Los muebles son muy estratégicos en ese sentido: dejan ver cuando es necesario, pero generan independencia cuando se requiere trabajar. "El concepto de nuestro proyecto es que puedes efectivamente trabajar en cualquier recinto de la oficina: un lounge, la cocina, un estar, sala de reuniones, mesón colaborativo. Entregar en cualquier rincón las condiciones necesarias para poder tener una acción de trabajo".

Esta oficina plantea lugares de trabajo dinámicos y flexibles, más cercanos a una casa eventualmente, que es adonde avanzan los espacios de oficinas hacia el futuro finalmente.

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El 90% del mobiliario es de Bravo! "Son ediciones especiales para cada proyecto, como funciona una sastrería a la medida. El otro porcentaje corresponde a piezas de diseño de nuestro partner estratégico Sala Vitra. Las sillas Copenhague de los hermanos Bouroullec fueron la última partida que se fabricó de este diseño", dice Rodrigo Bravo.