Cuando se habla de la mejor película de Star Wars, es recurrente que “El Imperio Contraataca” salga a colación como la opción más recurrente entre los fans, la crítica especializada e inclusive el público general. Es cosa de revisar los listados de rankings o aquellas clasificaciones que son muy populares actualmente en la red, pues la primera secuela de la saga está al tope de las valoraciones númericas de Rotten Tomatoes y IMDB.

Pero como esos porcentajes y cifras realmente dan lo mismo, lo relevante es que los argumentos para establecerlo son casi infinitos. Por un lado, plantear que “El Imperio Contraataca” es la mejor película de Star Wars tiene relación con el impacto y la trascendencia de su historia.

No solo cuenta con el momento más impactante de la franquicia, sino que también presenta por primera vez a personajes clave (Como Yoda o Palpatine) e incluye a algunos de los momentos más recordados, como la batalla en Hoth, el enfrentamiento en el campo de asteroides o el cara a cara en la ciudad de las nubes. Ni hablar del trabajo de John Williams, las mejoras en los efectos, el arte de la titerería y animación stop-motion o la forma en que se desenvuelven los actores, pues todos realizan un mejor trabajo.

Por otro lado, también se puede establecer que “El Imperio Contraataca” es la responsable de solventar a la saga, expandirla y perfilar en definitiva la ruta de la franquicia por los siguientes 40 años.

Aquello también se entiende por el propio rol de George Lucas. Tras ser el hombre orquesta de la primera película, “El Imperio Contraataca” presentó la instancia en donde comenzó a supervisar de forma aún más profunda, delegando trabajo en nuevos colaboradores.

Si bien la dirección quedó en mano de uno de sus maestros, Irvin Kershner, no menor es el hecho de que delegase la historia en otros guionistas que ayudaron a perfilar su propia creación, como fue el caso de Lawrence Kasdan. Al mismo tiempo, Lucas comenzó a definir lo que significaba el buque de Star Wars como franquicia, moviendo cada uno de sus hilos desde arriba, ya que la presión económica era gigantesca.

Tras la jugada clave de quedarse con los derechos de merchandising, Lucas decidió seguir adelante de forma independiente, invirtiendo su propio dinero para seguir adelante con el negocio del siglo que ya representaba Star Wars después de 1977. Aquello también le entregó independencia respecto a 20th Century Fox, el estudio distribuidor de la película, y le permitió mirar desde arriba para dar con las herramientas necesarias para conducir al corazón mismo de la saga.

Ahí está toda la expansión del concepto de la fuerza a través de la figura de Yoda, la inevitable seducción del lado oscuro y los conceptos clave que finalmente fueron profundizados, luego de que la primera película solo los esbozara.

A la larga son tantos los puntos que remarcan la importancia de “El Imperio Contraataca”, que el hecho de que tenga la condición de “mejor película de Star Wars” también puede ser explicada de la siguiente manera. Si bien nada existiría sin la película, por lo cuál la primera película es la matriz que dio vida, la secuela siempre podrá pararse frente al resto de los episodios para decirles: Yo soy tu padre.

No hay más. Todo lo que es Star Wars está en la médula de las dos primeras películas. Nada habría resonado tanto si ambas no fueran tan buenas. Eso es lo que importa al final, ya que debo reconocer que mi valoración personal siempre fluctúa entre ambas. Hay días en que creo que la primera es superior, pero otras mañanas, como la de hoy, despierto pensando que “El Imperio Contraataca” es superior. Eso no me pasa con ningún otro de los episodios.