Con la historia de Doomsday Clock  ya en pleno desarrollo en DC Comics, inevitablemente vuelve a la palestra uno de los conflictos más antiguos de la industria del cómic: el que la editorial sostiene con Alan Moore.

La nueva historia, a cargo del escritor Geoff Johns y el dibujante Gary Frank, plantea que desde antes del evento Flashpoint en 2011, que posibilitó el reinicio de Los Nuevos 52, el Doctor Manhattan ha estado "dirigiendo" la vida de Batman, Flash, Superman y compañía.

Pero Alan Moore, creador de Watchmen, el cómic que está siendo conectado directamente con esta secuela, probablemente no está a gusto con este crossover.

Si bien es cierto DC tiene los derechos de publicación de los personajes, Moore considera desde hace décadas que la compañía no ha hecho nada bueno por ellos. Pero el disgusto del autor con la editorial no comenzó con Doomsday Clock, sino que se remonta a mucho tiempo atrás.

El origen de la discordía

En un comienzo, la relación de Moore y DC fue buena. El autor logró reinventar títulos como Swamp Thing, parte fundamental del nicho para lectores maduros que DC, y también exploró con títulos como Omega Men y Green Lantern.

Asimismo, el escritor británico creó icónicas piezas de Superman  como ¿Qué le pasó al hombre del mañana?  e historias controversiales como The Killing Joke con Batman.

Pero antes de esos emblemáticos cómics, el origen de la obra maestra de Moore se gestó en 1983, ya que héroes como Blue Beetle, Peacemaker, the Question y Captain Atom, llegaron a las manos de DC luego de que la compañía comprara Charlton Comics.

Mientras los personajes hacían su debut en Crisis en Tierras Infinitas, Moore ofreció una historia nueva e inédita para ellos, pero el editor Dick Giordanon le sugirió que realizara esa idea con nuevos personajes. Así surgió Watchmen.

El contrato original que Moore firmó al hacer los personajes implicaba que si DC no los usaba en un año, los derechos de autor regresarían a él. Pero Watchmen fue un éxito y DC nunca dejó de imprimir sus tiras, alejando al autor de su creación.

Moore se mostró decepcionado por este hecho, asegurando que la empresa lo había "estafado" y que "nunca volvería a trabajar con ellos."

Pero las vueltas de la vida llevaron al autor a trabajar en la compañía Wildstorm, para crear un nuevo universo de héroes. Todo bien hasta que Jim Lee vendió la compañía a DC Comics.

A Moore le habían asegurado que no habría interferencia editorial de DC en su trabajo, pero se destruyó todo el primer tiraje de League of Extraordinary Gentlemen #5 porque contenía un aviso de comienzos del siglo XX de Marvel Co, una compañía de duchas, que el editor Paul Levitz consideró  muy hostil contra su competencia.

Esta invasión a lo que Moore consideraba su territorio causó que se negara a apoyar las actividades de celebración del 15 aniversario de los Watchmen, lo que derivó en la cancelación de figuras de acción conmemorativas que ya habían sido exhibidas en la Comic-Con de San Diego.

Moore logró librarse finalmente de DC cuando dio fin a America's Best Universe con un apocalipsis en 2005. Pese a que la editorial ha seguido publicando títulos con algunos de los personajes, estas nuevas historias no han tenido nada que ver con creador de Watchmen.

Sin embargo, el gran punto de conflicto entre Moore y DC se avivó  con las adaptaciones cinematográficas de sus obras.

El gran quiebre

La pugna contra las adaptaciones cinematográficas comenzó con la ambivalencia de Moore respecto a la vaga y pobre adaptación de From Hell en 2001 bajo el amparo de 20th Century Fox. Otra situación llegó a tribunales en 2003, luego de que guionistas acusaron a la adaptación de League of Extraordinary Gentelmen de plagio. En esta diligencia, Alan Moore fue llamado a declarar en el caso. En el testimonio que Moore dio al jurado, el autor señaló que: "no escribí la novela gráfica para que el estudio plagiara a los autores litigantes".

Posteriormente comenzó a solicitar que su nombre fuera removido de las adaptaciones fílmicas de su trabajo. Además, también ha requerido que las regalías que le correspondían por derecho de autor ante cada adaptación,  fueran destinadas a los dibujantes que ayudaron a crear los cómics.

La pugna entre la compañía y el autor no se acabó. La gota que rebasó el vaso fue una entrevista dada por el productor Joel Silver (Arma Mortal), quien trabajó en V for Vendetta y promocionó que Moore estaba "emocionado por la película". El autor no tardó en calificar todo como una gran mentira.

En 2009, la compañía intentó acercarse con Moore. De acuerdo a lo que el autor explicó a Wired en 2010, terminó negándose a cualquier acuerdo que le regresara a sus personajes.

"Ellos ofrecieron regresarme los derechos de Watchmen  si aceptaba algo sobre unas  precuelas y secuelas. Así que les dije que si me hubieran dicho eso 10 años atrás, cuando se los pedí , entonces sí habría funcionado. Pero estos días no quiero a Watchmen  de vuelta. Claramente, no los quería de vuelta bajo ese tipo de términos", aseveró.

DC continuó su iniciativa sin Moore, anunciando en febrero de 2012 la publicación de Before Watchmen. "Yo no quiero dinero, lo que quiero es que esto no suceda",  declaró en su minuto Moore.

"Si la gente quiere ir y comprar estas precuelas de los Watchmen, ellos me estarían haciendo un inmenso favor si entonces dejaran de comprar mis otros libros", agregó el escritor.

En definitiva, las precuelas cuentan con 37 libros de 6 miniseries y un one-shot que no tuvieron un  éxito comercial como la serie original.

De ahí en más, Alan Moore se ha mantenido alejado de DC Comics y mantiene sus críticas contra las adaptaciones que la compañía realiza de sus novelas gráficas. Su postura al respecto le ha significado no solo conflictos con la compañía, sino también con Marvel Cómics (A raíz de cómics como Miracleman), y  ha debilitado su relación con otros artistas del medio como Brian Bolland, David Lloyd y  Dave Gibbons.

Obviamente Moore no estará contento con la resolución de Doomsaday Clock, que busca incluir a los personajes de Watchmen de forma definitiva al universo DC, ni la decisión de incluir a personajes del American's Best Universe como Tom Strong y Promethea. Menos con la serie basada en Watchmen, que ya desarrolla la cadena HBO, considerando que solo tenía "veneno" para repartir sobre la película de Zack Snyder.