Antes de descubrir su vocación por la comida, Anthony Bourdain tenía otra idea para su vida: quería trabajar creando comics. Desde pequeño estuvo fascinado por la revista Mad, de la editorial EC Comics y del trabajo de Will Eisner. Una pasión que lo hizo definirse como un "comic nerd" que en algún momento pensó en dedicarse por completo a la creación de ellos. Pero rápidamente, a la edad de 13 años, se dio cuenta que no tenía las habilidades necesarias para hacerlo, así que simplemente se dedicó a coleccionarlos.

Una colección muy grande pero que desapareció en los 80 cuando decidió vender varios de sus historietas más valiosas para cambiarlas por drogas. A pesar de eso, Bourdain siempre ha tenido al mundo de los comics muy cerca de su corazón.

Y eso es lo que lo llevó finalmente a escribir sus propias historias, las que fueron publicadas por dos editoriales diferentes. Historias que, por supuesto, algo tenían que ver con la comida.

La primera de ellas fue Get Jiro, dos novelas gráficas publicadas por Vertigo el año 2012 protagonizadas por Jiro, un gran chef de sushi que odia cuando le piden California Rolls y que vive en un Los Angeles distópico donde los cocineros operan como mafiosos criminales y la gente está dispuesta a matar para obtener un asiento en los mejores restaurantes. Sí, es una historia de cocineros, asesinatos y mucho sushi, donde veremos que los cuchillos no sirven solo para cortar los alimentos.

Su otra obra, publicada por Dark Horse Comics se llama Hungry Ghosts y es una serie de historias violentas, relacionadas también con la comida y con un juego japonés antiguo llamado el juego de las 100 velas, donde un grupo de samurais intentaba asustarse con historias cada vez más tétricas. Cada uno de los cuatro números contaba con diferentes historias, cada una más tétrica y visceral que la anterior, y todo proveniente de la mente de un Bourdain que por fin lograba cumplir su sueño de niñez.