Cuando Anthony Bourdain visitó Chile el año 2009, todos los fanáticos de la comida estaban nerviosos sobre cómo reaccionaría el implacable chef a las delicias tradicionales de nuestro país. El carismático conductor del programa Sin Reservas, que lo llevó a viajar por el mundo de plato en plato, llegaba a Chile a ponerse frente a frente a preparaciones típicas como la cazuela, el charquicán, las sopaipillas y el pastel de choclo. Pero quizás lo que más tenía nervioso a los chilenos sería su encuentro con el emblema nacional de la comida rápida: el completo.
La versión chilena del hot dog es una de las más grandes y excesivas alrededor del mundo. El completo chileno es conocido por su abundancia y exceso de sabores e ingredientes condensados es un alargado pan batido junto a una vienesa. Lugares para probar completos hay muchos, pero el huésped de Bourdain decidió llevarlo a uno de los más emblemáticos de la Quinta Región: el Sibarítico.
Los completos del Sibarítico son conocidos por ser de los más grandes que pueden encontrarse en Viña del Mar, son una especie de monumento al que solo los estómagos más fuertes pueden domar en condiciones normales. Pero considerando la experiencia y filosofía de vida de Bourdain, simplemente aceptó el trato. Y por lo que pudimos apreciar en el resultado del programa, quizás fue un error haberlo hecho.
El arrepentimiento de Bourdain comienza cuando Anthony se da cuenta que el pan es gigantesco y lo llama "un zapato de payaso lacio". De hecho, dice que la versión del hot dog que conoció en Chile es la más grande que le había tocado conocer. Pero sabemos que el tamaño no siempre importa, y eso es de lo que comenzamos a darnos cuenta una vez que Bourdain prueba su primera mascada.
"¿Qué le puedes decir a un tubo de carne a la Ron Jeremy nadando en un mar de palta y mayonesa? No se si comerlo o esconderlo en una bolsa de papel". Esa no sería su única referencia al porno, cuando, a medio camino de su completo, dijo que se sentía como Tera Patrick a mitad del turno.
Luego, se cuestiona qué tan borracho hay que estar para comerse todo, y en cierto sentido tiene razón. El Sibarítico es un local emplazado en pleno barrio fiestero de Viña, cerca de Avenida Perú donde su apertura hasta altas horas de la noche lo convierten, precisamente, en un oasis para el bajón y los estómagos que deben reforzarse.
Finalmente, las palabras finales no estuvieron a la altura de lo que uno esperaría para un producto tan querido por los chilenos: no pudo comerlo entero, quedó sólo a la mitad y lo llamó "increíble, pero vergonzosamente delicioso". Luego en otra visita a nuestro país, Bourdain reflexionó sobre el plato diciendo que no sabía si era algo delicioso o un crimen de guerra.
Algo, en todo caso, muy fiel al estilo de Bourdain, quien precisamente se caracterizaba con no ser condescendiente con sus platos, como la escena de programas que han tratado de igualarlo. Mira el segmento a continuación.
https://youtu.be/XHF-n78ITfg?t=46s
¿Habrá sido culpa del lugar la reacción al completo? ¿Cómo hubiese cambiado esto si hubiese probado un Cevasco, un Poker o ido al Portal Fernández Concha? Porque en la comida, como en el amor, las primeras impresiones siempre importan.