Cuando en 2014 muchos usuarios se quejaron de que sus iPhone 6 se doblaban, Apple fue enérgico al señalar que sus dispositivos no tenían tales falla, haciendo oídos sordos a las quejas de los usuarios. Sin embargo, nuevas informaciones apuntan a que durante el período de prueba del equipo en Apple notaron que este era más propenso a doblarse que sus predecesores.

En 2016, cuando ya había pasado la controversia por los teléfonos que se doblaban, cientos de usuarios de iPhone 6 comenzaron a experimentar fallas en el sistema táctil de sus equipos que los dejaban inutilizables. Apple señaló que los problemas se debían a "los dispositivos se enfrentaron a varias caídas sobre una superficie dura generando estrés".

El gigante tecnológico nunca asumió la responsabilidad, y aseguró que no habían fallas de ingeniería en sus equipos, pese a que decenas de reportes vinculaban la falla con el hecho de que los equipos pudieran doblarse.

Pese a las afirmaciones de la compañía, cerca de 10 mil usuarios afectados en Estados Unidos no quedaron satisfechos con la respuesta de la empresa e iniciaron una demanda colectiva en su contra  por lo que sería denominado el "touch disease" de los iPhone 6.

Ahora, dos años después, Lucy Koh la jueza a cargo del caso, reveló que de acuerdo a la información contenida en los documentos internos de Apple, la empresa sabía antes de lanzar los iPhone 6 que estos eran más propensos a doblarse que los modelos anteriores.

Según la declaración recogida por el sitio Motherboard, "la compañía descubrió que el iPhone 6 tiene 3,3 veces más probabilidades de doblarse que el iPhone 5s y que el iPhone 6 Plus tiene 7,2 veces más probabilidades de doblarse que el iPhone 5s".

Es decir, todo este tiempo Apple habría sabido que los iPhone 6 eran propensos a doblarse y aún así habría negado el problema repetidas veces. Si bien es cierto que la falla fue solucionada en los siguientes modelos de la compañía, esta revelación no favorece para nada a la imagen de servicio post-venta de los equipos de la manzanita.