Los Cazafantasmas: El Legado llevaron a cabo una de las acciones de explotación nostálgica más flagrantes del último tiempo: incluir en la historia a Egon Spengler, el personaje del fallecido actor y director Harold Ramis.
A pesar de impulsar correctamente a nuevos personajes, y se enfocan en ellos durante gran parte del metraje, la resolución de la película se vuelca completamente a picar la cebolla. Y no de forma fina.
En la gran batalla final contra Gozer: El Destructor, la ayuda del fantasma de Egon permite inclinar la balanza en favor de los héroes, salvar el día y cerrar el círculo para que el querido Cazafantasma pueda descansar en paz.
Pero desde el minuto en el que aparece el personaje se instala una rara sensación. No solo por los factores del valle de lo inquietante que implica la recreación digital de una persona muerta, sino que también por el diseño elegido.
Y ahora un nuevo video de producción deja en claro el origen de ese problema: la base de todo no fue la apariencia que tuvo Harold Ramis en los últimos años de su vida, sino que el look que tuvo cuando hizo la película original de Los Cazafantasmas durante la década de los ochentas. Es decir, un verdadero lifting digital.
Vean el video a continuación.