Bigote y cigarrillos: El fútbol de la nostalgia que se fue con Fernando Cavalleri

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"Palito" fue un emblemático protagonista del fútbol chileno tanto jugando como dirigiendo desde una banca. A continuación, el homenaje de un hincha agradecido (que no es de Deportes Concepción) en la hora del adiós al argentino que eligió ser chileno.


Si bien nunca dirigió en Talca, en la capital de la Región del Maule los hinchas de Rangers le agradecemos con total sinceridad a don Fernando Cavalleri que nos haya salvado del descenso a Tercera División en 2010. En aquella oportunidad, a "Palito" le tocó batallar en una época muy complicada. De partida, el equipo marchaba directo al pantano tras una mala campaña bajo la dirección técnica de Rubén Vallejos. En lo institucional, el club era administrado por un síndico de quiebras que bastante poco sabía de fútbol (lo suyo era liquidar empresas "fallidas"). Y como si todo esto no fuera suficiente, la localía era ejercida en Linares pues el Estadio Fiscal Talquino estaba siendo remodelado.

En ese difícil panorama, Cavalleri aportó con todos sus años de experiencia para revertir un destino que nos tenía urgidos con una nueva pena. Se debe recordar que un año antes Oscar del Solar colocó a un sexto extranjero en Calama, lo que derivó en un absurdo descenso a la Primera B. La estadía del argentino en Rangers se extendió sólo por un par de meses, tiempo más que suficiente para que fuera reconocido por los fanáticos rojinegros que ayer nos acongojamos con su fallecimiento. Y eso que pisó la ciudad del Piduco sólo con buzos y camisetas rivales...

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Pero aquella no es la única razón por la que se llora a "Palito". Con su partida, también muere una época en que el fútbol estaba lejos de los millones y caminaba más cerca de la sencillez que de los autos y ropa de marca que lucen los futbolistas actuales. Lo saben de sobra en Concepción, la ciudad que más lo identificó. Y también dan fe de ello en Coquimbo y Puerto Montt, cuyos clubes locales también conocieron de su mano salvadora cuando el panorama se veía oscuro en la cancha.

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Una postal clásica noventera era la de Cavalleri a la orilla de la cancha dando instrucciones con su voz muy ronca, y con un cigarrillo en una de sus manos. Eran los tiempos en que aún los entrenadores podían fumar para alivianar las tensiones que provocan las jugadas fallidas, los errores referiles, los gritos de la barra propia y rival, y la lentitud del cronómetro cuando se estaba defendiendo con todo la ventaja por un gol de diferencia. Tan emblemática como su fiel bigote, utilizado desde sus tiempos cuando lideraba el mediocampo de Deportes Concepción, Antofagasta Portuario, Palestino y Universidad Católica... ¿Ve algún bigote hoy en el fútbol profesional chileno?

Cavalleri falleció mientras se desempeñaba como conserje en un edificio santiaguino. Y aquí no faltan los zopencos que creen que su época de gloria fue la misma de hoy, cuando los seleccionados chilenos cobran millonarios premios incluso posiblemente quedando fuera de Rusia 2018 ¿Realmente les parece extraño que un futbolista antiguo deba trabajar hasta sus últimos días en un país en que, además, se maltrata a los adultos mayores con pensiones de hambre? Es preferible quedarse con el recuerdo y el agradecimiento con un argentino que, al final de cuentas, eligió la nacionalidad chilena para ser uno más de los nuestros.

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