La semana pasada, en medio de las crecientes disputas de Donald Trump con TikTok, se instaló la posibilidad de una eventual compra de algunas partes del negocio de la popular red social china por parte de Microsoft.
Ese posible acuerdo aún no está sellado, sin embargo, permanece como una de las principales opciones sobre la mesa para que TikTok pueda continuar operando en Estados Unidos ante la orden ejecutiva que recientemente firmó el presidente de ese país.
En ese escenario, desde WIRED decidieron preguntarle al co-fundador de Microsoft, Bill Gates, qué opinaba sobre todo este asunto que hipotéticamente llevaría a la empresa al terreno de las redes sociales.
Gates, quien dejó la junta de directores de Microsoft en marzo de este año y ahora solo se desempeña como consejero tecnológico de la compañía, no se mostró inmediatamente emocionado por dicha posibilidad.
“Quién sabe qué va a pasar con ese trato”, dijo Gates luego de bromear sobre los populares bailes de la app de ByteDance. “Pero sí, es un cáliz venenoso. Ser grande en el negocio de las redes sociales no es un juego simple, como el problema del cifrado”.
“Quiero decir, esto puede sonar egoísta, pero creo que el juego más competitivo es probablemente algo bueno”, añadió. “Pero que Trump acabe con el único competidor es bastante extraño”.
El potencial acuerdo entre Microsoft y ByteDance que podría pasar parte de las operaciones de TikTok a la compañía que co-fundó Gates está rodeado por una serie de elementos políticos y varias dudas sobre lo que implicaría el eventual proceso de venta.
En ese sentido, al ser consultado por el aspecto económico de aquel posible trato, Gates volvió a reiterar que el panorama del acuerdo le parece raro.
“Estoy de acuerdo en que el principio que sigue es singularmente extraño”, señaló el empresario. “Lo del corte (de dinero para el Departamento del Tesoro) es doblemente extraño. De todos modos, Microsoft tendrá que lidiar con todo eso”.
Por ahora, lo que pasará entre Microsoft y TikTok todavía está en el aire pero ByteDance, la compañía propietaria de la popular red social de los videos, enfrenta una cuenta regresiva para sellar un trato ante la reciente orden ejecutiva firmada por Trump.