La primera consola PlayStation tuvo una gran cantidad de juegos que al día de hoy se han convertido en verdaderos clásicos, y mientras algunas franquicias se extienden hasta el día de hoy, otras han quedado en el pasado, y sólo quedan en el recuerdo -por lo menos hasta que alguna compañía decida hacer algo de dinero y revivirla-. Este es el caso de Bloddy Roar, un juego de pelea 3D, que fue lanzado en 1997, que se convirtió en todo un éxito en la consola, teniendo varias secuelas en los años siguientes.
El juego presentaba a una serie de luchadores 'zoantropos', unos humanos que tenían la habilidad de convertirse en animales antropomórficos con habilidades especiales -sí, era un juego lleno de furros-. Personajes como Alice la coneja, Kakuryü el Topo, Gado el León, y Yugo el lobo, eran algunos de los personajes que presentaba el juego y que a medida que fue teniendo nuevas entregas fue sumando más personajes, y que en su cuarta entrega llegó a tener uno conocido como Ganesha el Elefante.
Para cuando el juego fue lanzado, es probable que muchos poca atención le prestaran a la historia, pero el juego si contaba con una, con asesinatos, misterios y por supuesto una organización maligna que el protagonista, Yugo el Lobo, debe derrotar.
Según relata Yugo inicia un viaje para descubrir las circunstancias de la muerte de su padre, Yuji Ogami. Este era un mercenario quien supuestamente había muerto en combate en un país de Sudamérica. Yugo anda en búsqueda de Gado, el único sobreviviente de la unidad de su padre.
Cuando finalmente se conocen es que Gado le dice que su padre luchó contra la Corporación Tyron, la cual realizaba experimentos para controlar la mente y utilizar a los zoantropos como armas. Obviamente, Yugo decide acabar con la corporación y aunque la historia no era la mejor, si daba un contexto a los golpes que íbamos repartiendo en cada combate.
Bloody Roar fue lanzado originalmente como un arcade en Japón, pero luego fue adaptado a PlayStation por Hudson Soft y en Estados Unidos fue lanzado bajo el nombre de Beastorizer. El exito del juego, hizo que llegara a tener cuatro secuelas, Bloody Roar 2 (PlayStation), Bloody Roar 3 (PlayStation 3), Bloody Roar: Primal Fury (GameCube, Xbox) y Bloody Roar 4 (PlayStation 4).
Siendo sin duda la más reconocida y recordad la segudna parte, que fue lanzada para PlayStation en 1999, y que agregaba una serie de personajes, y presentaba un enorme salto en cuanto a jugabilidad y gráficos.
Sin duda uno de los elementos que más llamó la atención de esta franquicia fue la jugabilidad y es que aunque los combates comenzaran como humanos, el tener la oportunidad de transformarse en animal sin duda le daba un plus frente a otros juegos del estilo.
Bloody Roar presentaba un combate en 3D, muy similar a juegos como Tekken o Soulcalibur, con diferentes movimientos para atacar y combos para ejecutar. En cuanto a los gráficos, aunque los de la primera entrega no eran tan pulidos, los de la segunda parte, lanzada sólo dos años después para la misma consola, si contaba con unos gráficos muy atractivos y con una rapidez en los combates no era habitual para la época.
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La última entrega fue lanzada en 2003, y aunque han pasado más de 15 años de su lanzamiento la saga permanece viva en el recuerdo de los jugadores, como uno de los grandes juegos que tuvo la PlayStation. Actualmente, tras la desaparición de Hundson Soft, los derechos se encuentran en manos de Konami, por lo que depende de ellos si en un futuro regresan los furros luchadores.