Pixar. Marvel. Lucasfilm. Y ahora, 20th Century Fox. En los últimos 11 años, Disney ha tomado la posición más agresiva en cuanto a compras de estudios y propiedades intelectuales que ha tenido en su historia. Inversiones millonarias que traen consigo el miedo y la incertidumbre de la concentración creativa en Hollywood y que tienen a un solo gran responsable: el CEO de la compañía, Bob Iger.
Bob Iger es un ejecutivo que podría considerarse de carrera. Sus 43 años de trayectoria han estado prácticamente al alero de solo dos compañías que finalmente se encontraron en el camino: ABC Networks y The Walt Disney Company. Iger estuvo vinculado a la compañía de televisión desde 1974 hasta 1996, cuando Disney decidió comprar a la cadena televisiva de Estados Unidos. Siguió en su cargo algunos años más, pero la cada de Mickey Mouse tenía mejores planes para el.
Tres años después de la compra, Disney decidió sacarlo de su posición en ABC para nombrarlo Presidente de Walt Disney International, la división que vela por el negocio internacional de la compañía. Un año después, sería el COO, el segundo hombre a cargo después del polémico Michael Eisner.
El rápido ascenso de Iger, dicen, podría haber tenido una segunda intención, ya que desde hace un tiempo que Roy E. Disney, sobrino de Walt Disney, quería sacar del cargo a Eisner y veía con muy buenos ojos la entrada de sangre fresca como la de Iger. Campaña que terminó con el ascenso de Bob Iger al tope de la compañía en Marzo de 2005, cuando se convirtió en el CEO de Disney. Desde allí, han sido 11 años de un nuevo estilo, uno más agresivo y claramente de afán conquistador, uno que no teme en soltar el dinero siempre y cuando traiga beneficios para la empresa.
Es así como en enero del 2006, antes de siquiera cumplir un año en el cargo, Disney anunció su primera gran compra bajo la nueva administración: los estudios Pixar, por una suma de 7.400 millones de dólares. Se trató de una compra esperada, considerando la estrecha relación entre ambas compañías, pero no por eso menos sorprendente.
Pero el primer gran golpe de la industria ocurrió en el 2009, cuando el propio Iger dirigió la operación para poder adquirir la totalidad de Marvel Entertainment, desarrollando el plan que daría vida a Marvel Studios y al renacer del género de los superhéroes en el cine. La operación, de un costo total de 4 mil millones de dólares ya había sido recuperada cinco años después, solo con la recaudación de películas Marvel, lo que no cuenta lo ganado en figuras, juguetes y otros productos relacionados como series e historietas.
Luego, en Octubre de 2012, la garra de Iger se llevaría otro gran titán del entretenimiento: Lucasfilm, adquieriendo por parte de un ya cansado George Lucas todos los derechos de franquicias tan queridas como Indiana Jones y La Guerra de las Galaxias. Rápidamente se puso en marcha un plan para revitalizar la franquicia con una nueva trilogía, spin offs, series y por supuesto, nuevos juguetes. ¿El resultado? Sólo con The Force Awakens, Disney logró recaudar 2 mil millones de dólares, la mitad de lo que costó la compra del estudio, por 4 mil millones de dólares.
Ya en este momento, Iger estaba pensando en el retiro. Originalmente su contrato duraba hasta el 30 de junio de 2018, pero la compañía pidió una extensión al menos hasta el 2019, la que Iger aceptó. Se dice que Iger, un activo miembro del partido Demócrata, quería destinar su vida y fortuna a la política e incluso se rumoreó en la posibilidad de lanzar una candidatura presidencial para el 2019. Algo que quedó totalmente descartado luego de su último gran golpe: la compra de 20th Century Fox.
Una compra que no solo es más grande en cuanto a dinero que todas las otras que ha hecho en su tiempo al mando de Disney -52 mil millones de dólares- sino que la que sin duda causará el mayor impacto dentro de la industria del cine y la televisión. Bob Iger comienza a despedirse de su carrera en Disney dejando a la compañía en una posición privilegiada, pero también peligrosa. Nunca antes una sola compañía había tenido tanto poder e influencia sobre tantas figuras del mundo de la cultura pop.
De todas formas, la fusión de Disney y Fox obligará a Iger a pasar más tiempo del presupuestado en la compañía, con una extensión de contrato que durará hasta el 2021. Algo que, de todas formas, no le debe molestar en absoluto considerando lo mucho que comenzará a ganar. Esto porque su sueldo podría pasar de los 2,5 millones de dólares que gana hoy a 3,5 millones de dólares cuando el acuerdo con Fox esté sellado y aprobado, más todos los bonos y premios por haber logrado la negociación.
Por lo pronto, habrá que ver si esta es la última gran compra que el imperio de Iger nos tiene preparados, o si de acá al 2021 nos sorprenderá llevándose otra tajada de una torta que cada vez está quedando más y más pequeña para el resto.