Bruce Willis y John McClane: La gloria del héroe de acción común y corriente
El anuncio del retiro del actor nos convoca a recordar su rol más emblemático en “Duro de Matar”.
La década de los ochentas fueron la época de apogeo para la acción. A tanto llegó la producción durante esa época, que se instaló el concepto de “héroes de acción”.
La mayoría estaba recargado de físicos musculosos, como eran los casos de los reyes del género, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone, en una situación que también se replicaba en el terreno del cine clase B. En la otra vereda, en una corriente distinta, estaban los héroes asiáticos liderados por Jackie Chan, quienes resaltaban por sus habilidades técnicas de combate y poner en juego inclusive su físico.
A partir de 1988, ese escenario comenzó a cambiar con Duro de Matar. Se trató de una película, realizada con maestría bajo la dirección de John McTiernan, nos presentó a un héroe común y corriente inserto en situaciones extraordinarias fuera de su control. Un tipo sin un físico esculpido, sin un gran arsenal de batalla y que, más importante, sufría daño, lo pasaba mal, se quejaba. Pero de todas formas salía adelante cortesía de su ingenio y su decisión de nunca bajar los brazos.
El John McClane interpretado por Bruce Willis, quien lamentablemente anunció su retiro de la actuación, nos encantó desde el primer minuto en su condición de policía de Nueva York que está en el lugar preciso durante el momento equivocado en más de una ocasión.
Y nos encantó desde que envío el mensaje de “Ho-Ho-Ho” a los ladrones que se adueñaron de la torre Nakatomi, sus problemas posteriores para dar con un calzado apropiado o, la guinda de la torta, el clásico duelo contra Hans.
Obviamente, momentos emblemáticos de aquella primera película hay por montones, inclusive en el terreno de los personajes secundarios o las propias situaciones cotidianas que se van gestando tomando como punto de partida los problemas matrimoniales de los McLane.
Pero sin duda fue el carisma de Willis, la ejecución de las secuencias de acción y el pulso narrativo que acompañó todo eso lo que terminó transformando a este policía en no solo uno de los héroes de acción más populares, sino que también en uno de los mejores.
Años después, cualquier actor ya podía entrar en el terreno de acción sin problemas. Actualmente está todo el género de la acción de abuelos que salen a la carga como verdaderas máquinas de matar, no solo impulsados por los héroes de acción ochenteros que aún tienen cuerda, sino que también por actores que se han sumado a la tendencia (Con Liam Neeson a la cabeza) y que tienen a John Wick como el mejor exponente.
En tanto, la tecnología de efectos digitales ha permitido que cualquier estrella tenga su espacio, aunque ninguna está ni estará a la altura del impacto y legado que siempre ha tenido el viejo policía de Nueva York.
La propia carrera de Bruce Willis es reflejo de ello, ya que a media que McClane se fue convirtiendo en indestructible, y fue acompañado de más efectos digitales, la saga de Duro de Matar sufrió un notorio declive.
Pero ni siquiera eso logró empañar lo que se logró en la primera película de la saga o lo que inclusive hicieron en esas primeras secuelas que también siguieron la línea de un McClane que siempre tiene todo, pero absolutamente todo en su contra. Inclusive su propia manera de ser.
Películas como The Last Boy Scout solventaron la condición de Willis como un héroe de acción distinto al resto, algo que inclusive se remarcó en otras de sus superproducciones como El Quinto Elemento o Armageddon, pero John McClane siempre marcó su rol más emblemático y definitorio de su carrera.
Por lo mismo que ninguna de las últimas malas películas realizadas directo a video, y que ahora cobran un nuevo significado ante los problemas de salud del actor, manchan su legado. Aún con todo, Bruce Willis es uno de los mejores héroes de acción en la historia del cine y su John McClane seguirá siendo inmortal.
Y como el señor McClane seguirá de vaquero en nuestro recuerdo, gritemos un “Yippee Ki-Yay” en su honor.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.