El fenómenos de las cadenas por internet no ha caído. Hoy, de hecho, son la forma con la que tu tía o tu abuelito se entera por el celular que se viene un terremoto o que el hijo de un ministro fue el que trajo todos los chalecos reflectantes.
Pero antes de la era de las cadenas de la desinformación, existió una era llena de inocencia y ternura. Una era donde las cadenas llegaban por correo, a nuestras cuentas de Hotmail preferentemente y aprovechándose de la ignorancia que había sobre el tema de la tecnología en esos años, se esparcían como un virus a través de toda la red. Todos nosotros recibimos alguna vez una de estas cadenas y, sí, reconozcámoslo, también mandamos una de ellas a la mayor cantidad de contactos posible.
Hoy en Mouse queremos recordar a los tipos de cadenas y falsedades que nos llegaban cada día a nuestra casilla y que daban vida a nuestra entonces incipiente vida digital.
Las cadenas de servicios
"Querido usuario de Hotmail" era la forma con la que usualmente comenzaban estos correos, en donde básicamente se nos anunciaba que Microsoft iba a realizar cambios en sus servicios más populares, como MSN Messenger o el mismo Hotmail. Cambios que por lo general, iban a ser bastante malos. Por ejemplo, que Hotmail se iba a cerrar o que Messenger iba a comenzar a ser un servicio de pago.
La forma de evitar esto, segun nos explicaba un supuesto trabajador de Microsoft era reenviando el correo la mayor cantidad de veces posible a todos nuestros contactos. De esta forma, automáticamente nos salvaríamos de todos los males que nos prometían. A veces la excusa era decir que Hotmail estaba "verificando las cuentas activas" y que todos los que no recibieran este correo, iban a ser eliminados. Si cumplías el requisito, supuestamente iba a pasar algo como que el ícono iba a cambiar de color, lo que significaba que así sería gratis. Como nunca cambiaba, la gente seguía mandando y mandando correos.
Los correos siempre los firmaba un nombre distinto con cargos que iban desde "Administrador" hasta "Dueño de Hotmail". Y ante eso, no quedaba más que acatar.
Las cadenas con premios
Pero a veces Hotmail no quería castigarnos, sino que todo lo contrario: premiarnos por usar su servicio. En ese tiempo, los 2 MB de espacio del correo se hacían muy, pero muy escasos, por lo que la cadena nos permitía agrandar el espacio de nuestro correo, dependiendo de la cantidad de gente a la que reenviábamos el mail. El proceso se demoraba, se demoraba y se demoraba porque obviamente era una mnetira, que de hecho nos quitaba espacio, ya que la casilla de correos enviados seguía en aumento.
Pero quizás el premio más ridículo del que alguna vez se transó en esta red era la supuesta repartición de la fortuna de Bill Gates. Supuestamente, Microsoft estaba testeando una manera de mejorar el envío de sus correos y ofrecía dinero dependiendo de la cantidad de gente a la que le reenviabas el correo. Una cadena que surgió en el año 1997 y que, hasta el día de hoy se ha visto merodeando algunas casillas de gente algo ingenua.
Las cadenas malditas
Una historia de terror. Una muerte. Una alma atrapada. A veces, una imagen misteriosa. Y siempre, una maldición que los acompañaba. ¿La única forma de sacarse la maldición? Reenviando el mensaje a cierta cantidad de amigos. Las maldiciones venían de todo tipo: desde "no poder encontrar al amor de tu vida" hasta las más terribles como "una persona muy cercana a ti morirá".
A veces las cadenas eran enviadas supuestamente por las mismas personas muertas, y traían instrucciones como "si no le envías esto a 20 contactos dentro de los próximos 20 minutos, vendré a visitarte en la noche".
Otras cadenas prometían, por ejemplo, revelar el nombre de la persona que te quería, pero siempre con un costo: si al final del ejercicio no reenviabas la cadena, esa persona que amabas, te odiaría para siempre. Una amenaza bastante acorde a nuestras expectativas adolescentes.
Al final todo era una mezcla de juegos esotéricos junto con los miedos más cercanos para los adolescentes, los que muy tontamente terminaban haciendo caso.
Estas cadenas fueron derivando en otro tipo de historias mentirosas, como aquella que decía que había un psicópata repartiendo el SIDA colocando su sangre en agujas por la ciudad. Ese fue el origen de la cadena de WhatsApp.
Las cadenas estafadoras
¡Vaya que suerte! Un multimillonario africano falleció y está buscando a uno de sus parientes que podría estar en cualquier parte del mundo para dejar su herencia. ¡Y uno de ellos podría ser tu! O misteriosamente fuiste el ganador de un sorteo de la lotería de la cual nunca participaste y de la noche a la mañana te convertiste en millonario.
No sin antes, tener que enviar tus datos personales y el mismo correo a todos tus contactos para poder repartir la dicha de esta autoridad que se volvió loca. Fue el inicio de los scams y las estafas como ahora las conocemos, aunque debemos reconocer que ahora por lo menos se esfuerzan copiando logos de los bancos y armando sitios especiales. Antes, simplemente la promesa de que seríamos millonarios o que habíamos ganado una Green Card para vivir en Estados Unidos, nos hizo reenviar más correos de los que debíamos.