Los sucesos de Secret Empire han marcado para mal al Capitán América, transformado en un déspota dictador al mando de Hydra gracias a una reinvención de historia que no solo estipuló que una intervención del cubo cósmico definió al héroe más respetado de Marvel en un infiltrado de la organización criminal, sino que también intentó postular que los aliados jugaron con la historia y reescribieron lo que siempre debió suceder: una victoria de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundos.

El controvertido evento, que además convirtió a Rogers en un asesino, no ha sido bien recibido por los fans de la editorial, ni en términos de crítica ni en lo que concierne a ventas. Pero dicha macrosaga también está siendo definida como un punto de quiebre, ya que en septiembre la editorial concretará un relanzamiento que buscará recuperar "lo que se perdió" en los últimos años. Y eso incluye al propio Steve Rogers, que volverá a ser el Capitán América de siempre con el trabajo que harán el escritor Mark Waid y el dibujante Chris Samnee, quienes se ganaron todos los premios que tenían  que ganarse con su trabajo en la serie de Daredevil hace un par de años.

Un guiño a un demonio

Con todo eso en cuenta, no sorprende que ahora Marvel Comics impulse la nostalgia para vender la idea de que todo estará bien y que volverán al redil. En esa estrategia, la editorial hará portadas de la nueva etapa, denominada como Legacy, que homenajearán a clásicos de su historia. La idea obviamente es hacer guiños que dibujen sonrisas en sus fans.

En lo que concierne al Capitán América, la editorial eligió al popular dibujante Alex Ross para concretar una portada variante que implica un homenaje a una clásica portada de Iron Man de 1968. Ross, responsable de un cómic como Marvels que recuperó el legado clásico de las creaciones de Stan Lee y compañía, tomará la portada de Iron Man #126 para dejar en claro que Steve Rogers volverá de un punto negro de su historia.

Como hecho no menor, Iron Man #126 marcó el fin de la historia del Demonio en la Botella de Tony Stark, que sumergió al multimillonario en el alcohol.

El mensaje aquí es claro: Steve se sobrepondrá a su propio demonio instalado durante el camino a Secret Empire.