Como parte de Wrestlemania 36, la WWE concretó su pelea más demente y alocada de la historia: la Firefly Fun Match entre John Cena y Bray Wyatt.
Pero el enfrentamiento no fue para nada tradicional, ya que desde el comienzo Wyatt avisó que veríamos a John Cena enfrentándose a si mismo, mientras Wyatt cambia la historia.
Fue algo casi indescriptible, demente y que sacó partido al componente grabado de Wrestlemania.
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A lo largo del segmento, no solo vimos al múltiple campeón rememorando a la fuerza su debut frente a Kurt Angle y su típica frase Rutthles Aggression, con todo y efectos de sonido dignos de dibujo animado, sino que también revivieron una promo ochentera en la que presentaron a una versión de títere de Vince McMahon y luego reapareció el Doctor de los Thuganomics, que era el personaje rapero que llevó a Cena al estrellato.
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Sin pelea alguna, el enfrentamiento fue una revisión de la carrera de ambos luchadores, con Bray recuperando su historia como líder de la Familia Wyatt y su más grande fracaso: la derrota que tuvo contra el propio Cena en Wrestlemania XXX.
Más que una lucha, el demente revisionado incluyó a la WCW, la NWO y, finalmente, la aparición de The Fiend para cambiar la historia y hacer caer a John Cena. Y, a partir de ahí, contar la cuenta de tres y borrar a Cena de la existencia.
https://twitter.com/WWENetwork/status/1246982334550769664
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¿Cómo un combate de lucha? Cero estrellas.
Pero como un segmento de entretenimiento que revisó la carrera de ambos, y que estaba pensando para todos los fans que han seguido a la historia de la WWE, fue algo sólido que volvió a elevar a Wyatt tras el traspié que representó su derrota ante Goldberg y que utilizó a la perfección a Cena.
Juzgarlo como una lucha, no tiene sentido.