Científicos adelantan el Reloj del Apocalipsis y estamos a 100 segundos del final

El Boletín de Científicos Atómicos publicado este jueves, movió las manecillas del Reloj del Apocalipsis, poniéndonos 20 segundos más cerca de la medianoche, la cual marca el fin de nuestra civilización. El último movimiento registrado fue en el 2018, cuando el reloj marcaba dos minutos para las 12, en medio de las amenazas de guerra nuclear entre Corea del Norte y Estados Unidos.

Esta vez, en medio de más amenazas de guerra, una posible guerra cibernética, los estragos de la contaminación y las radicales consecuencias del cambio climático, pocos líderes mundiales han tomado cartas en el asunto y sólo han agravado estas situaciones. Esto que ha resultado en que hoy nos encontremos a 100 segundos de la medianoche.

El Reloj del Apocalipsis existe desde 1947, a comienzos de la Guerra Fría. Los científicos que ayudaron a desarrollar las primeras armas nucleares del mundo decidieron que sería una efectiva forma de comunicarle al público la amenaza que representaban estas mismas armas para la humanidad. Desde entonces, el reloj se ha acercado y alejado de la medianoche, pero durante estos días hay muchos más peligros que la guerra nuclear.

La principal razón por la que se adelantó el reloj es el cambio climático, los humanos acabamos de vivir la década más calurosa de la historia, desastres que no son naturales de ciertas zonas se repiten cada vez más y, literalmente, una parte del mundo se está quemando. El llamado de atención por parte de la comunidad científica es claro.

"A pesar de estas advertencias y que varios gobiernos comenzaron a replicar el término 'emergencia climática', ninguno a cambiado sus políticas ni mide con su debida proporción la emergencia", explicó Sivan Kartha, miembro del Boletín de Ciéntificos.

Los científicos están emplazando a los gobiernos para que muestren más seriedad respecto a la emergencia climática, cambien sus políticas públicas y obliguen a las empresas a que cumplan con regulaciones medioambientales.

Varios países se han quedado atrás respecto a regulaciones y otros no han cumplido con tratados medioambientales, y ante este llamado de atención es necesario hacer cambios radicales, ya que no basta con sólo eliminar las bolsas de plástico.