Si bien la historia de CM Punk con la WWE parecía haber terminado cuando el Mejor del Mundo fue eliminado del Royal Rumble de 2014 por Kane. Esa fue la última noche que el oriundo de Chicago se subió a un ring de la compañía, tras lo cual decidió irse de la compañía por motivos personales.

Pero en noviembre de ese mismo año, como invitado al podcast de su amigo Colt Cabana, CM Punk contó su verdad. Contó lo cansado que estaba con Triple H, de lo difícil que era convencer a Vince McMahon, pero por sobre todo, del trato negligente de Chris Amann, el doctor a cargo del equipo médico de WWE, a quien acusó, aunque sin decir nombres, de que lo había hecho pelear con una especie de forúnculo en la espalda que terminó infectándose.

Amann lo tomó personal e inició un proceso legal contra ambos, por difamación. La demanda escaló a tal que Amann llegó a pedir 4 millones de dólares en compensación económica y además, disculpas públicas de ambos luchadores.

Pero luego de cinco días de testimonios, y del alegato del doctor, quien acusó que los fanáticos comenzaron a molestarlo así como varios de sus pacientes, el jurado determinó que las declaraciones nunca afectaron la imagen del doctor ni mucho menos su capital monetario, ya que hasta el día de hoy sigue siendo parte del staff de WWE, motivo suficiente para no acreditar el daño económico y mucho menos imponer la multa.

Ahora Punk y Cabana podrás vivir con un peso menos, sobre todo Punk, quien volverá en unos días al octágono de la UFC para ver si revierte la aplastante derrota que tuvo en su debut.