Cuando mi amigo Gonzalo me contó hace ya un par de años que su nuevo edificio tenía un restaurante en el primer piso, yo no entendía nada. Se que la explosión inmobiliaria ha traído varios cambios a nuestra ciudad, pero edificios que incorporen comida entre sus vecinos, no estaba dentro de mi mapa.

Y efectivamente era así. El local, junto con otros servicios eran parte del mismo frontis, lo que para mi mentalidad que aún habita en Viña, era como estar viviendo con los Supersónicos.

Durante mucho tiempo lo usamos como una suerte de vecino buena onda, al que llamábamos para que nos hiciera comida. Pero después decidimos darle a las hamburguesas de Avenida Santiago el respeto que se merecen y empezamos a comer en el local.

Ubicada en Argomedo con Vicuña Mackenna, Avenida Santiago se ha convertido en uno de mis locales favoritos por un montón de razones, la primera y la más tonta de ellas, por el nombre. Me encanta cuando el nombre del local y los platos que ofrecen se entrelazan, y en Avenida Santiago, todas las hamburguesas son Avenidas, algunas reales como Avenida Perú, Avenida El Bosque o Gran Avenida, y otras no tanto como Avenida Thai.

Pero me gusta que sea temático y que se busquen nombres de calles reales y que a partir de ellos se nos entregue una propuesta para disfrutar: El Avenida Perú por ejemplo tiene entre otros ingredientes, choclo peruano y rocoto. La Avenida New York viene con tocino, BBQ y todas esas cosas que les gustan a los gringos. Y la Gran Avenida, como pueden imaginar, es una hamburguesa doble que hasta el día de hoy me da miedo comer por su tamaño.

Ir al Avenida Santiago es ir a una ciudad que va creciendo, que va evolucionando sobre sus mismas bases. Cuando fui por primera vez, había 5 preparaciones. Hoy son como 15, y con más en camino como la Avenida San Pablo y la Independencia que se salen de las hamburguesas tradicionales y encantan con una carne deshilachada que promete. Demasiado. También hay opciones con pollo a la plancha que no necesariamente significa que sean más livianas, sino que significa que el sabor del pollo va mejor con esas recetas.

Puedes ir y volver un tiempo después y siempre habrá algo nuevo, ya sean nachos, nuevas cosas para beber, almuerzos o alternativas para los que no necesariamente quieren comer una hamburguesa.

Pero una cosa es tener variedad y la otra es que sean ricas. Y no por algo les estoy recomendando este sitio. Cada hamburguesa tiene su propia vida y propuesta, y es radicalmente distinta a la anterior. Se que la mente mañosa del chileno tiende a decir "deme esta pero sin esto". No, por favor no lo hagan a menos de que sean alérgicos a algo, y en ese caso, mejor vayan por otra. Cada sabor en las mezclas de Avenida Santiago calza perfectamente, y son tan diferentes que tampoco es raro quedar con alguna favorita. Hay veces donde simplemente no puede gustarnos todo.

La mía es la Avenida Perú por el picante, al que siempre pido que le pongan un poco más. Lo mismo que mi amigo Cristián, al que le encanta la Avenida Santiago no solo porque es la que le da el nombre al local, sino que por su salsa especial, una reducción de vino con frutillas y cebolla que de verdad es como para volverse adicto. Para los fanáticos del agridulce, es una de las mejores de Santiago y no la verán replicada en ningún otro lugar.

Porque independiente de los sabores y los ingredientes, todos preparados en el momento y con la mayor frescura posible, las combinaciones funcionan casi sin necesidad de agregarles salsas o condimentos externos, que es la prueba máxima de una buena preparación: cuando no necesitas pedir el ketchup. 

Otra de las cosas que amo del local es que cuando vas a comer allá, el acompañamiento no son papas fritas, sino que unos chips de trigo crujientes con una salsa de pebre. Unos nachos, por si prefieren llamarlos así. Da lo mismo el nombre, el tema que me pone feliz es que POR FIN un local de hamburguesas que no tiene papas fritas, que se aleja de la dictadura que algún día, compañeros, derrotaremos.

Pero quizás lo que más me gusta de Avenida Santiago es esa fusión real entre ser un local de hamburguesas gourmet con un local de barrio. Porque, a diferencia de locales que se visten de barrio pero están en medio de oficinas y usan palabras como bacon en vez de tocino o avocado en vez de palta, este local es definitivamente del barrio. O sea, qué más de barrio puedes ser cuando estás empotrado en un edificio residencial.

Es un local de hamburguesas donde con el tiempo se acuerdan de tu nombre, te hacen ciertos cariñitos y donde incluso te quedas con tu asiento favorito. Mi momento de gloria fue cuando con mis amigos fuimos al piso de arriba y nos pasaron el control remoto para colocar lo que quisiéramos. Es una hamburguesería con ambición, pero sin la soberbia a la que nos ha acostumbrado el mundo de las burgers.

Como en toda ciudad nueva y donde están pasando hartas cosas, no es difícil llegar y perderse entre todas las Avenidas de Avenida Santiago, pero es una ciudad con unos sabores que vale la pena explorar y por último, siempre estará esa fachada hacia donde correr cuando nos perdemos.