Cuando Francesco Totti fue el "Murci Rojas" de Italia
Por muchos años, y sobre todo en el inicio de su longeva carrera, el ídolo de Roma fue motivo de chistes por su supuesta incapacidad intelectual a partir de frases poco afortunadas. Sin embargo, la historia cambió.
Son los menos, pero los hay en la historia reciente. En la era de la movilidad y de los negocios, son pocos los futbolistas que podrán contar que hicieron toda su carrera profesional en un solo club. El último de ellos será Francesco Totti, quien a final de temporada dejará la Roma (y el fútbol) después de defender a la "Loba" por un cuarto de siglo.
Ejemplos de alta fidelidad a un club existen en el mundo, como el de Paolo Maldini (25 años en AC Milan, 1984-2009), el de Ryan Giggs (24 años en Manchester United, 1991-2015) y el de Paul Scholes (21 años en los de Old Trafford, 1993-2014). Incluso en Chile: Mario Lepe (18 años sólo en Universidad Católica, 1982-2000) e Iván "pocholo" Azócar (18 años en Rangers, 1958-1976). Aquí un breve alcance: Misael Escuti también jugó 18 años en Colo Colo (1946-1964), pero también militó en Badmiton.
Por todo lo anterior es que la noticia del retiro de Totti -talento intacto entre 1992 y 2017- ha impactado a todos quienes se declaran hinchas del fútbol. Pero Il Emperador es mucho más crack aún. Y es por esto que destacamos un aspecto de su vida con el que debió convivir y que, finalmente, logró superar con el éxito reservado para los notables entre los notables.
El "Murci Rojas" de Italia
En los primeros años de su longeva carrera, y al dialogar con la prensa de su país, las respuestas que entregaba el naciente futbolista no eran del todo afortunadas. Si acá en Chile el público se ríe con los "conmigo o sinmigo" de Francisco "Murci" Rojas, la figura de Totti era utilizada como material para los humoristas y comediantes italianos.
-Totti, en una entrevista de trabajo: "Nombre: 'Francesco'. Apellido: 'Totti'. Nacido: 'Sí".
Por aquella época, Totti arrastraba la triste carga de ser una gran promesa del fútbol italiano pero con una capacidad intelectual limitada. "Arde la biblioteca de Totti. Se han salvado la mitad de los libros, el segundo aún no estaba coloreado...", era otro chiste frecuente sobre él. El Bullying era demasiado. Sin embargo, el crack no se amilanó y encontró la forma de dejar atrás esta mala fama.
Ocurrió en 2002. Ese año, un cercano le comentó: ¿Por qué no escribes tu propio libro de chistes? Totti dio el sí, se rió de sí mismo y nació "Barzellette su Totti", un título tan exitoso que luego se publicó una segunda y una tercera parte. En estas últimas, se incorporaron nuevos chistes y se incluyó a otros jugadores del medio italiano.
Algunos chistes de los libros de Totti:
-Gattuso, Vieri y Totti se encuentran un espejo mágico que tiene el poder de conceder un deseo a quien lo piense frente a él. Gattuso es el primero que se pone delante: "¡Yo pienso ser el hombre más guapo de Italia!". El espejo resopla: "Puff, concedido". Vieri es el siguiente: "¡Yo pienso ser el hombre más inteligente de Italia! El espejo resopla: "Puff, concedido". Y le toca el turno a Totti: "Yo pienso..." Y el espejo resopla: "Puff, concedido".
-Fabio Capello se dirige a sus jugadores antes de comenzar el entrenamiento del día y les dice: "Chicos, hoy acabaremos media hora antes porque tengo que ir a la inauguración del Auditorio". Y Totti pregunta: "Y el Audi Torio, ¿de qué cilindrada es?".
-Entra Totti a una tienda de deportes y le pregunta al dependiente: "¿Tiene pelotas para jugar al tenis?". Como el tendero responde que sí, Totti le dice: "Pues quedamos mañana a las cinco".
-Totti se encuentra a Del Piero en un examen de matemáticas: "¿Qué tal te ha ido, Alessandro?". "Mal", contesta el juventino. "Lo he entregado en blanco". Y Totti exclama: "¡Por Dios Ale, se van a creer que nos hemos copiado!".
-Totti llama a una teleoperadora para consultar un prefijo. "Debe marcar el 10", le recomienda la amable señorita. Y el futbolista contesta irritado: "¡Pero cómo! ¡Eso no es posible! ¡Si mi teléfono solamente tiene hasta el número 9!".
Todas las ganancias obtenidas por la venta de estos libros fueron donadas a la Unicef, organización de la que Totti es embajador. Así, Il Capitano pasó de ser el hazmerreir de Italia a transformarse en la leyenda que es hoy. Un grande.
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