No han sido días buenos para Adam Wingard, el director de la adaptación occidental de Death Note que se estrenó hace unas semanas en Netflix. Ni la crítica ni los fanáticos de la historia original quedaron conformes con la película, lo cual en la era de Internet se resume en muchos, pero muchos tweets y posteos de enojo por todas las redes sociales.
Algo de lo que Wingard estaba consciente de estar recibiendo, como un usuario personal de la red social del pajarito. Pero Wingard cometió quizás su segundo error en el año: alimentar a los trolls.
Hace unas semanas, el director comunicó a través de la misma red social por la cual lo estaban destrozando, un comentario que decía "Lo siento trolls, pero el artista siempre gana a la larga", dando a entender que ninguno de los comentarios en su contra lo afectaría. Y no contento con esto, más tarde ese mismo día lanzó otro anzuelo para todo el cardumen de pirañas digitales, uno que inscribiría su nombre en el Death Note de las redes sociales.
"Me encanta cuanta gente se siente atacada personalmente por este tweet. Es casi como carnada para trolls. Esos que la muerden se exponen solitos", señaló en su momento el director que también estará a cargo de Godzilla vs. Kong. Y efectivamente, fue carnada para trolls, pero como sabemos, un grupo de trolls enojados es capaz de hacer cualquier cosa, tanto como amenazar de muerte a Wingard y no precisamente escribiendo su nombre en un cuaderno.
Es por eso que al director no le quedó más alternativa que cerrar su cuenta de Twitter, y aprender, de la peor manera, que nunca, pero nunca hay que responderle a un troll, menos si estos son fanáticos de una historia sobre asesinatos sobrenaturales.