Une nuevo estudio publicado por la National Academy of Sciences plantea que en las primeras etapas de su desarrollo bípedo, nuestros primeros antepasados podrían haber sido capaces de sujetarse de árboles y aprehender cosas con los pies, tal y como los monos y simios de la actualidad. Todo gracias a la lenta evolución del dedo gordo.
Para llegar a ese postulado el equipo liderado por el doctor Peter Fernández realizó escaneos en 3D a las articulaciones de los huesos del dedo gordo del pie en parientes de los humanos, tanto vivos y fósiles, e incluyendo a primates como simios y monos.
Con estos antecedentes, los científicos procedieron a comparar los datos con los humanos modernos mediante un árbol evolutivo que reveló el tiempo y la secuencia en que se produjo el antepié humano.
A la luz de esto, el principal hallazgo fue que la forma actual de los huesos en el dedo gordo, conocido como "hallux" en lenguaje anatómico, debe haber evolucionado bastante tarde en comparación con el resto de los huesos investigados.
La investigación asegura que los resultados evidencian un patrón consistente y que puede ser generalizado respecto a la evolución del pie del homínido durante un período comprendido desde el Ardipithecus ramidus, un fósil de 4,4 millones de años, hasta los parientes más cercanos a los humanos en el género Homo.
Es decir, los primeros antepasados humanos habrían sido capaces de caminar erguidos durante millones de años, pero manteniendo la función de agarre en sus pies.
De acuerdo a Peter Fernández, científico de la Universidad de Marquette que lideró el estudio, esta lenta evolución estaría directamente relacionada con las necesidades de nuestros antepasados.
"(El dedo gordo) pudo haber sido el último porque fue el más difícil de cambiar", dijo Fernández a BBC. "También pensamos que hubo una contemporización. El dedo gordo aún podría usarse para agarrar, ya que nuestros antepasados pasaban una buena cantidad de su tiempo en los árboles antes de comprometerse por completo a caminar en el suelo".
La razón que llevó nuestros antepasados a caminar solo sobre sus pies aún es un misterio que atrae muchas teorías desde la comunidad científica. que plantean desde un cambio en el clima que los obligó a adaptarse hasta la simple pero vital función de dejar las manos libres.
"El dedo gordo es mecánicamente muy importante para caminar. En nuestro estudio demostramos que no alcanzó su forma moderna hasta mucho más tarde que los otros dedos", añadió Fernández. "Los humanos modernos han aumentado la estabilidad de la articulación para colocar el dedo en una orientación que es útil para caminar, pero el pie ya no es tan diestro como el de un mono".