Desde el primer episodio,  la serie de Watchmen siguió la tradición de la novela gráfica original, desentramando diversos misterios que avanzan de forma paralela. Pero aunque algunos se tanteaban como los principales, especialmente en lo que tenía relación con los racistas de la Séptima Caballería, poco a poco la historia se volcó a un entorno más íntimo que inevitablemente se relacionó a Angela Abar, el peso de su pasado y la forma en que se relaciona a la gran intriga que busca cambiar el stato-quo.

30 años después del calamar de Ozymandias, las fuerzas antagónicas, ya sean aquellas con la máscara de Rorschach o inclusive el plan secreto de Lady Trieu, la utopia creada por la acción final de Adriand Veidt tambalea y en los siguientes episodios nos plantearán cómo el mundo del futuro volverá a ser redefinido.

Pero antes, los creadores de la serie nos presentaron la carta que mantenían bajo la manga y que tenía directa relación con el personaje más poderoso de todos: el Doctor Manhattan.

Spoilers a continuación.

Este domingo HBO presentó el antepenúltimo episodio de Watchmen, la secuela televisiva del clásico cómic de Alan Moore y Dave Gibbons, estableciendo una revelación que sorprendió a la mayor parte de su audiencia. Cal, el esposo de Angela, es en realidad Manhattan, quien decidió esconderse para tener un poco "vida normal" antes de lo que probablemente será el fin de sus días.

The Hollywood Reporter tuvo la posibilidad de hablar con Damon Lindelof, el showrunner de la serie, quien explicó las bases de su decisión narrativa. sosteniendo que todo se debe a que no quería hacer que Angela Abar, el personaje principal, estuviese al servicio de Manhattan.

"¿Podría el Dr. Manhattan, un hombre con el poder de un Dios, estar al servicio de la historia de Angela en vez de lo contrario? Basado en su pasado, y todas las bases de la mitología grecoromana, la respuesta era intuitiva... amor. Sabíamos que esta relación solo podría funcionar si Manhattan tomaba la forma de un humano y entonces nació la idea de Cal. Llegó temprano, casi desde el comienzo", dijo Lindelof.

En base a esa revelación, Lindelof recalcó que su versión de Watchmen incluye a villanos muy claros que representan una ideología que es casi imposible de derrotar y que se entralazan con lo que quieren decir de la sociedad. "Los tipos malos quieren la misma cosa: poder. Y hay una idea fundamentalmente ridícula del 'poder blanco' en lo que es la redundancia de que todos en Estados Unidos nacieron en la misma cancha de juego", explicó.

"Lamentablemente, casi todas nuestras instituciones demuestran la desigualdad, así que la idea de que un hombre, blanco y senador quisiese más poder  era tanto absurda como irresistible. Como es el caso con los mayoría de Supremacistas Blancos, Keene no ve que quitar el poder de Manhattan sea una apropiación sino que está tomando algo que ya siente con derecho a tener", remarcó el productor y guionista.

Finalmente, y aunque no abordó qué nos deparan los últimos dos episodios, Lindelof aseguró que el Búho Nocturno, la pareja de Laurie, no aparecerá, pese a que ya se mencionó que está en la cárcel.