El mayor temor que representa la compra de Fox por parte de Disney radica en los alcances monopólicos que el negocio significa y los problemas de diversidad que podrían seguir marcando a la industria en Hollywood.

Ese punto es algo no menor, considerando que de por si la industria está más enfocada en la regurgitación de marcas conocidas para crear blockbusters, dejando de lado aquellas películas de antaño de mediano presupuesto.

En el campo de las películas de superhéroes, el gran temor radica en qué pasará con el foco de Fox sobre los personajes, especialmente luego del éxito que demostró Deadpool como una película categoría R enfocada para adultos. Algo que contrasta con las declaraciones previas del CEO de Disney, Bob Iger, quien había prometido que nunca habrá una película de Marvel Studios de ese tipo.

Pero las circunstancias cambian las posturas y es ahora el propio ejecutivo, cuyo contrato se extenderá ahora hasta el año 2021, quien promete que existen las posibilidades.

"Claramente ha sido y será marca Marvel", explicó Iger sobre Deadpool durante una conferencia con sus inversionistas. "Pero creemos que habrá una oportunidad para una marca Marvel-R para algo como Deadpool. Mientras las audiencias sepan qué es lo que viene, creemos que podemos manejar bien eso", agregó.

Lo más probable es que Deadpool y X-Force sigan hacia adelante de forma individual, mientras todo el resto de los X-Men se acoplen al universo Marvel. En la compañía no desperdiciarán la oportunidad de hacer chocar a Wolverine contra The Hulk. Eso no necesita ninguna clase de confirmación oficial. Es lo que debe ser.

Y con tantas marcas, el mejor negocio para Disney es mantener la diversidad de productos manteniendo a Fox como un banner adicional de su catálogo, explotando todo lo que sus marcas para toda la familia no hacen. De lo contrario, realmente todos los temores se reforzarán con esta adquisición.

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