Uno de los puntos más importantes de Star Wars: The Force Awakens, aunque no pocos cuestionaron la dirección de la escena, fue la muerte de Han Solo.

No solo la secuencia eliminó al personaje de Harrison Ford de la franquicia, dándole un triste final a manos de su propio hijo que finalmente abrazó completamente la oscuridad, sino que también dio pie a que Disney se metiera en la discusión sobre su muerte debido a las consecuencias que podría tener para su negocio.

El CEO de Disney, Bob Iger, reveló en un encuentro de Vanity Fair que ese elemento del Episodio VII lo llevó a involucrarse directamente en los asuntos de Lucasfilm. "Tuvimos un gran debate sobre Han Solo. ¿Debía morir o no? Fue una decisión hecha por Kathleen Kennedy y J.J. Abrams, pero yo me involucré", reveló.

La muerte del personaje no fue menor, especialmente porque en Lucasfilm estaban evaluando el spin-off centrado en el personaje. Además, al ser uno de los personajes más populares, Han Solo también implicaba importantes posibilidades de explotación en el merchandising de los siguientes episodios. Pero al menos al final, pesó más la decisión creativa.

Eso probablemente es mucho más importante, considerando que el propio Ford quería dar más peso al personaje, matándolo por un bien mayor para la historia. Y eso era algo que pensaba desde la filmación de El Retorno del Jedi.