Dragon Ball Super: El Torneo de Fuerza y una satisfactoria conclusión

Desde que comenzó el Torneo de Fuerza se instalaron dos interrogantes claves: ¿Quién sería el ganador?, y no menos importante, ¿Qué tipo de deseo se pediría con las Súper Esferas del Dragón?

Conociendo la trayectoria de la saga, y teniendo en cuenta que todo esto es una precuela de la ultima secuencia de Dragon Ball Z que nos presentó a un Goku listo para entrenar a la reencarnación humana de Majin Buu, era fácil de especular que el universo 7 sobreviviría. Al mismo tiempo, la carta segura era apostar al saiyajin como el salvador.

Asimismo, teniendo en cuenta que habría la opción de solicitar cualquier tipo de deseo, tampoco se podía descartarse que finalmente solicitaran reestablecer a los universos eliminados, cancelando la idea de que el Dios del Todo había decidido borrar la existencia de los más débiles.

El episodio 131 de Dragon Ball Super obviamente abordó ambos puntos, pero no de la forma más previsible en una de las dos grandes preguntas que tenían que responder.

Spoilers a continuación.

Con Jiren peleando en desventaja, en un handicap impulsado por el retorno de Freezer y el androide 17 en el combate, el último capítulo se las ingenió para dejar en claro que el guerrero del universo 11 realmente es el ser más poderoso que se ha visto a la fecha.

Aún después de ceder terreno ante el ataque inicial que pone de rodillas a Jiren, el universo 7 en definitva requiere del trabajo en equipo de sus tres representantes para confrontar a un rival de las Tropas del Orgullo que se rehace con un ki incandescente. Uno que, por un lado, pone en aprietos a sus rivales y, más importante, da pie a algo previamente inconcebible: el trabajo en equipo entre Goku y Freezer.

En ese contexto, solo el último empuje de  ambos logra sacar del combate a su rival, ya que Jiren, Goku y Freezer son eliminados al mismo tiempo. Esa situación deja al androide 17 como el último sobreviviente y ganador del Torneo de Fuerza. Es decir, sí nos dan una sorpresa, ya que el ganador en definitiva no es un saiyajin.

Finalmente, el Gran Sacerdote convoca las Súper Esferas del Dragón y número 17 obtiene el deseo. Pero a pesar de que previamente había afirmado que pediría un viaje en crucero para su familia, en definitiva, y siguiendo su sentido como protector de la naturaleza e influenciado por lo que inspira Goku, el androide termina deseando que todos los universos retornen a la vida.

De ese modo, la parte previsible del cierre de la historia implica el retorno de cada uno de los participantes del Torneo de Fuerza y una decisión que deshace la idea del Dios del Todo de eliminar a los perdedores.

Aún así, la victoria igual da pie a un elemento no menor: Freezer vuelve a la vida, siendo resucitado como recompensa de Beerus, el dios de la Destrucción. Y con el villano remarcando que no dejará de hacer el mal solo por esta situación, Goku le recuerda que ahí estarán ellos para detener sus planes.

El epílogo remarca que cada uno de los guerreros vuelve a sus vidas normales, incluyendo un Freezer que en las profundidades del espacio se define como un retornado emperador del universo. Al mismo tiempo, Vegeta y Goku concluyen esta parte de la historia enfrentados en una última pelea, a raíz del alza de poder que entrega la Doctrina Egoísta. Obvio, como debe ser, el príncipe saiyajin simplemente no puede soportar que Goku esté siempre un paso adelante, pero tiene la certeza de que puede todavía superarlo.

En definitiva, siguiendo este cierre satisfactorio que nos entregó una última batalla atractiva contra Jiren, todo concluye con una promesa del narrador: ¡Nos volveremos a ver! Y es que claro, el éxito de Dragon Ball Super garantiza que inevitablemente haya una nueva serie. Pero por ahora, tendremos que conformarnos con la película que debutará en diciembre.

La historia de Goku dista de concluir.